Centenares de ofertas de más de 300 comercializadoras. Todas ellas, menos media docena, son de mercado libre, fuera del Precio Voluntario del Pequeño Consumidor. El objetivo, aprovechar la confusión generada por el cambio en la factura de la luz que se va a llevar a cabo este martes 1 de junio para atraer a los 11 millones de consumidores que aún están en precio regulado y trasladarlos al mercado libre. Y, con ello, arrancarles su derecho a solicitar bonos sociales en caso de situaciones de vulnerabilidad. No está a la vista de las ofertas, claro está. Hay que acceder a las condiciones generales de contratación de las comercializadoras para localizar párrafos como éste: «Si deseas acogerte a esta promoción y dispones de un Bono Social en tu actual comercializadora, perderás los beneficios de dicha tarifa dado que la tarifa que estás contratando no está referenciada a las tarifas reguladas». Por lo demás, todo son ‘ventajas’: «paga por lo que gastes», «precio fijo y estable», «tranquilidad», «fácil»… ADICAE aconseja a los consumidores que no realicen ningún cambio en su contrato de electricidad sin analizar en profundidad sus condiciones. y pone sus sedes a disposición de todo aquél que desee revisar su factura. El cambio de facturación implicará un doble cálculo de precio para los consumidores en precio regulado: coste en horario diurno, y coste en horario nocturno y fin de semana. La CNMC calcula que para la mayoría de los usuarios, en sus condiciones actuales de uso de la energía, el precio del recibo bajará un 3% de media, compensando el uso diario con el uso nocturno. Así que ADICAE recomienda a los consumidores desconfiar de las ofertas telefónicas y online inmediatas, y recuerda que tienen 14 días para desistir del contrato nuevo en el caso de que hayan cambiado. Buena parte de estas ofertas implican, aparte de salir del mercado regulado y perder el derecho al bono social, una serie de cláusulas de permanencia, penalizaciones e incluso gastos de gestión que convertirán la factura de la luz en un calco de la factura telefónica, con posibles encarecimientos inesperados y negativos para el consumidor. La publicidad de las comercializadoras ante este cambio tarifario consiste en avasallar al consumidor con una avalancha de tarifas, ofertas, promociones y «flexibilidad» vinculadas a los distintos horarios de facturación para, al final, llevarles a la opción que más les interesa, una tarifa plana en mercado libre que «elimine la ‘confusión’ generada» y simplifique trámites a cambio de hurtar al consumidor toda intervención en su propio ahorro energético. Las tarifas por horas premiarán el consumo nocturno y de fin de semana, pero ADICAE recuerda que la clave de la factura seguirá estando en el término de potencia contratado y en una regulación oligopólica que debe cambiar. Algo más de un millón de familias tienen acceso a bono social eléctrico, apenas un 10% de los consumidores que están en precio regulado, debido a que para muchas de ellas resulta complicado poder recabar y justificar la documentación correspondiente a los requisitos para acceder a estos descuentos. El cambio tarifario hará más difícil si cabe acceder a estos descuentos, cada vez más necesarios para más consumidores. Un 10,6% de los hogares españoles están en pobreza energética, y de ellos casi el 80% no pueden mantener sus viviendas a una temperatura saludable.Ante esta creciente vulnerabilidad de los consumidores, ADICAE exige a reguladores y poderes públicos que pongan coto a los abusos que, esta vez con la excusa de la nueva factura eléctrica, traen consigo las ofertas de las comercializadoras que operan en España.. |