Rincón literario de Paco Marín

El Rincón Literario de Paco Marín: “Obra maestra”

TÍTULO:     Obra maestra

AUTOR:      Lucía Santamaría Nájara

EDITA:       Círculo Rojo (2019)

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14,8 x 21 cm. Número de páginas: 348. PVP: 16,00 €. ISBN: 978-84-1331-528-7

Imagen de cubierta: “Un trozo de cielo” de Alberto Pancorbo.

«En el tanatorio… asegúrese que lo que alberga el ataúd es lo que debe contener»

Conocí a Lucía, como escritora, cuando leí su novela La justicia de Cambises… me enamoró su forma de escribir y de contar.

Personalmente nos conocimos en una sesión de la vigésima edición de la Semana de Novela Histórica de Cartagena. Tuvo la amabilidad de dedicarme su última obra, Obra maestra. Como siempre, cuando llegué a casa, empecé a ojear y hojear el libro y no pude dejarlo; prácticamente, me lo leí de un tirón.

Para ser su ¿debut? (hay que tener en cuenta que todos sus escritos están “bañados” en negrura) en el género negro ha conseguido una historia magnífica, una gran obra, deseo que vengan más «obra(s) maestra(s)».

Novela muy elaborada y con mucho trabajo detrás…

Santiago Albalá, un afamado escritor, muere en accidente de tráfico. Su prestigio y su imagen de modélica seriedad se tambalean por el anormal y macabro comportamiento que tuvo horas antes de morir.

Seguir la pista del objeto aparecido en el crematorio desvelará un pasado de infidelidades, desapariciones y muertes. Secretos que implicarán a muchas personas y derrumbarán toda una vida de cariño y amistad de familiares y amigos.

Mucho oficio para situar al lector en un auténtico laberinto de… “es lo que parece” o “parece lo que es” sin que éste se pierda en el tiempo al pasar de una fecha a otra… para redondear, que no cuadrar, la intriga.

Lucía Santamaría Nájara (Soria, 1959) Licenciada en Geografía e Historia. Diplomada en Magisterio (especialidad francés e inglés).Delineante (cultiva la plumilla y el grabado). En 2006, se publica su primera novela, La justicia de Cambises, finalista del Premio de Novela Juvenil Avelino Hernández. En 2009 ve la luz Mariposa de piel; en 2012, El secreto de Le Mascaret (con la que desarrolla, en colaboración con Francia, un proyecto educativo en el que han participado más de seiscientos jóvenes); y en 2016 Umbrías, un libro de relatos y microrrelatos ilustrado con sus grabados.

Desde 2013, se publican los cuentos para el hogar, que escribe e ilustra, dentro de la colección Cuentos para mi madre y mi tía Manolita.

En 2018 escribe El camino del viento, cuento solidario cuyos beneficios íntegramente se destinan al municipio de Poroma (Bolivia).

Parte de sus obras se han traducido al francés y al árabe y han sido grabadas, en colaboración con la ONCE, en formato audiolibro.

Deliciosa conversación con Lucía Santamaría Nájara… Gracias…

P.- Por favor, recuerde a los lectores quien es Lucía Santamaría Nájara.

R.- Una escritora soñadora, despistada y tenaz que se detiene en pequeños detalles mientras se le escapan los más grandes, porque cree que es en el detalle dónde se llega a conocer la verdadera psicología humana. 

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Obra maestra?

R.- Hace un par de años vi el principio y el final de Obra maestra. Fue de repente, como hasta ahora ha ocurrido en todas mis novelas. Imagino que es porque desde hacía bastante tiempo -unos cuatro años-, mientras aparentemente me dedicaba a otras cosas, unos personajes sueltos junto con ideas y pensamientos estaban perdidos por mi cabeza, vagando sin rumbo hasta que maduraron. Y entonces, cuando consiguieron fuerza y poderío, salieron para exigirme su sitio.

Tenía el arranque y lo más importante: tenía el final, solo me quedaba desarrollar para conseguir mi objetivo. Así que con los personajes a mi vera -ya no estaba sola- empezamos a hablar con profesionales para documentar las ideas que se supone eran mías. En el camino surgieron cosas tan interesantes que merecían ser contadas y me llevaron a crear algún que otro personaje y también en la investigación vi que lugares, fechas, vivencias… no eran como yo pensaba lo que desviaron la novela hacia otro sitio. Esos personajes nuevos y esos lugares distintos dónde poder llevar a cabo mi ficción acabaron con la creación de una novela policiaca. Para nada imaginaba esto.

P.- Indique cual ha sido su base documental.

R.- En otras novelas la documentación ha sido más de rata de biblioteca, pero en Obra maestra, al ser actual y tener todo tan a mano, he ido a tratar directamente con los expertos y he visto mis escenarios in situ. Lo que me ha llevado a conocer más a fondo tanto la vida como la muerte.

Me han ayudado muchos colectivos tanto en España como en Roma: La policía científica, veterinarios, forenses, traumatólogos, cirujanos, enfermeros, ortopedias, enterradores, crematorio, bomberos, etc. 

P.- Opina que, entre las múltiples desapariciones que hay, la que relata en Obra maestra es más corriente de lo que podemos pensar.

R.- Con solo ver los telediarios uno se da cuenta de que todo, hasta lo más inverosímil, es capaz de llevarlo a cabo el género humano.

P.- Durante su documentación ¿Qué es lo que más le ha impresionado?

R.- En Roma, el pabellón LANCISI del Hospital San Camilo. Allí, a la hora de las visitas me “colé”, a pesar de mi metro ochenta. Seguí a los familiares que entraban por la puerta que un enfermero había abierto con una clave. Fuimos hasta el final del pasillo y me lavé las manos como hicieron ellos en el dosificador que había a la entrada de una sala múltiple. Al levantar la cabeza, una vista panorámica de una sala semicircular me mostró ocho pacientes, la mayoría jóvenes, con la cabeza vendada. Solo unos pocos podían comer y lo hacían succionando mediante una pajita. Allí me derrumbé, se borró el juego de la ficción para tirarme en el de cruda realidad. 

Una vez más la ficción me llevaba a reflexionar sobre la realidad.

P.- ¿Es su primera novela negra? ¿Quiénes son sus referentes?

R.- No, no es mi primera novela negra. Todas mis novelas son – al menos así me lo parece- novela negra. Cada una a su manera y bien distintas: La Justicia de Cambises y El secreto de Le mascaret dentro de novela histórica (la primera ambientada en la posguerra española y la segunda en la Edad media en Francia, época de templarios); Mariposa de piel una novela de anulación personal; hasta Umbrías, el libro de relatos y microrrelatos, le debe el título a ese hilo conductor.

¿Mis referentes? Muchos y un poco de todos. Desde Kafka hasta Hitchcock. Desde Bécquer hasta Amenábar… Para mi formación ha sido tan importante el cine como la literatura.

P.- ¿Cómo se ha sentido, días atrás, en el festival de Novela Histórica de Cartagena? ¿Volvería a Cartagena?

R.- FELIZ con mayúsculas. Esa es la palabra que engloba mi sentir y ahora mismo mi recuerdo. La organización espléndida y original, muy original, desde ir los personajes a recoger al autor en el hotel y llevarlo desfilando con tambores hasta el teatro romano, hasta recreaciones inesperadas de Pepe y Miriam Ortas y los demás actores que llegaron a dejar sin habla a algún autor por la emoción. Carteles y vinilos personalizados de los escritores por las calles, etc. Una semana llena de detalles y de atenciones por parte de los organizadores. 

¿Volver a Cartagena? Sería peligroso, porque si lo hago puede que me quede.

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?

Las lentejas de la guerra, de Fernando da Casa. Un autor cartagenero que participó en esta XX Semana de Novela Histórica y que ya me sorprendió con su novela La Gioconda es falsa.

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Obra maestra?

Obra maestra es un libro ágil con unos giros imprevisibles y hasta “mortales”, donde la modélica imagen de un afanado escritor se tambalea por el anormal y macabro comportamiento que tuvo horas antes de morir. Un juego con el lector a una velocidad trepidante y que creo haber conseguido ganar la partida.

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- Voy a retomar mi sección de microrrelatos sociales y rebeldes titulada “La casquería o los menudillos de Lucía Santamaría” para una revista digital que nacerá en diciembre “encimadelaniebla.com”. Por otro lado, estoy con el cuento solidario que escribí El camino delviento, mediante el cual hemos calzado a 534 niños de Bolivia y con el resto de la edición vamos a poner gallinas para que aprendan a cuidarlas y coman proteínas. Y por último ¿sobre mi nueva novela? ya están empujando los personajes que me rondan y alborotan desde hace tiempo para pedir su libro. Esta vez será de humor, aunque seguro que “me cargo a alguien” y será, por supuesto, novela negra.

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