Rincón literario dominical

El Rincón Literario Dominical de Paco Marín: «Juventud sin Dios «

TÍTULO:     Juventud sin Dios

AUTOR:      Ödön von Horváth

                 Traducción de Isabel Hernández

EDITA:       Nørdicalibros (2019) -otras latitudes-

 

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14 x 22 cm. Número de páginas: 224. PVP: 18,00 €. ISBN: 978-84-17281-38-0

 

El protagonista, un humanista activo, hace frente al totalitarismo sin que al final le importe el perder su empleo ni su puesto en la sociedad. Es testigo de la del embrutecimiento generalizado de la sociedad, cuyo índice es el comportamiento fascista de su propia clase escolar.

 

Al igual que hizo Michael Haneke muchos años después en La cinta blanca, Ödön von Horváth narra en esta prodigiosa novela los orígenes del nacionalsocialismo y cómo la semilla del mal ya estaba presente en los jóvenes y en su educación.

El narrador de Juventud sin Dios es un joven profesor a quien el director del colegio le pide que no corrija a un alumno que afirma que los negros son infrahumanos, y le recuerda, además, que su obligación es «educar para la guerra». Los valores patrióticos se inculcan en una especie de campamento paramilitar en el que se producirá un crimen misterioso.

Horváth escribió esta obra en el verano de 1937, exiliado en Henndorf, en las proximidades de Salzburgo, y se publicó ese mismo año, alcanzando rápidamente una gran popularidad, incluso en el extranjero, siendo traducida a diez idiomas en los dos años siguientes. Las referencias a la realidad del nazismo son el elemento central en una obra en la que el autor describe una curiosa mezcla de la Alemania nazi con la Austria prefascista.

 

Ödön von Horváth (Rijeka, Croacia, 1901 – París, 1938). El intelectual austríaco de origen húngaro Ödön von Horváth es considerado uno de los escritores en lengua alemana con una visión más lúcida de los acontecimientos políticos y sociales que llevaron a la sociedad alemana a la Segunda Guerra Mundial. Autores como Hermann Hesse, Thomas Mann, Joseph Roth y Peter Handke manifestaron admiración por su obra.

En 1931 fue galardonado, junto con Erik Reger, con el Premio Kleist. En 1933, con la llegada de Hitler al poder en Alemania, se mudó a Viena y en 1938 a París, donde murió al caerle encima la rama de un árbol durante una tormenta eléctrica en la Avenida de los Campos Elíseos.

 

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba