«Hacer la tesis siendo madre es muy duro, pero también muy satisfactorio y los hijos lo viven con ilusión»
«Hacer la tesis siendo madre es muy duro, pero también muy satisfactorio y los hijos lo viven con ilusión»
Concilian la I+D y la crianza. Lola Ojados y Ana Vanessa Caparrós, ambas del Servicio de Apoyo a la Investigación Tecnológica (SAIT) de la Politécnica de Cartagena, acabaron hace unos meses su tesis doctoral, mientras que Adela Ramos, integrante del proyecto de la UPCT Quiero ser ingeniera, está en plena investigación doctoral. Las tres son madres y con motivo del Día Internacional de la Mujer han reflexionado conjuntamente sobre las causas que originan las brechas de género y las dificultades que encuentran las doctorandas con hijos.
Ana Vanesa Caparrós: Mientras hacía la tesis me tenía que levantar a las 4 de la mañana para avanzar con el trabajo y que estuviera todo listo cuando los niños se despiertan. Y por las noches se me dormían en los brazos mientras revisaba los datos de los ensayos. Los dos últimos años fueron especialmente intensos y la misma semana que tuve la defensa de la tesis fue también la comunión de mi hija. Pero cuando concluyes la tesis sientes una satisfacción muy grande y tus hijos lo viven también con ilusión.
Lola Ojados: Yo venía al laboratorio a las 5 de la mañana los fines de semana y volvía a casa para desayunar con ellos. Y me llevo a mi hija a los congresos, porque de otro modo no disfrutaría de vacaciones con ella. A cambio, ha aprendido antes que el resto de su clase a manejar Power Point, pero sigue dejando notas ‘mamá trabaja demasiado’.
Lola: En la Universidad tenemos flexibilidad horaria, pero también tiene un precio. Lo que no haces en un horario, lo tienes que hacer en otro. Yo puedo llevar a mi hija al colegio, pero no estoy por la tarde para ir con ella al parque”. ¿Y cuándo es el momento para dedicarles menos tiempo a los hijos? Porque los mayores también tienen necesidades y requieren atención, aunque no sea tan evidente.
Roles diferenciados
Ana: Con los hijos también hay que combatir los estereotipos y la diferenciación de roles que hacen, en la que te ven como el eje de familia, para que no te cuestionen que hagas la tesis o para que entiendan que todos tenemos derecho a hacer deporte. Este año, por primera vez, he conseguido poder ir a bailar dos horas a la semana”
Adela Ramos: Yo he aprendido a quitarme a veces de enmedio, para que mi familia no sea tan dependiente de mí.
Ana: Deben asumir que no eres peor madre por no estar siempre resolviéndoles la vida”
Lola: Nuestra generación aún está programada para eso, por la educación patriarcal y machista, por lo que muchas veces no podemos ni elegir. Mi madre fue mi referente, porque lo arreglaba todo sin necesidad de nadie, ya fuera una avería en casa o en el coche, se las ingeniaba.Y ahora ése es el rol que reproduzco, aunque no quiera”
Adela: También nosotras podemos reeducarnos.
Ana: En el hogar cada vez se comparten más las responsabilidades, pero en mi casa soy yo la que tengo que dirigir, aunque mi pareja me ayuda mucho”
Adela: No es ayuda es corresponsabilidad y coordinación lo que hace falta.
Ana: Sí, pero en la práctica necesita que le diga lo que tengo que hacer.
Brecha laboral
Adela: Cuando trabajaba en la empresa privada veía que yo me tenía que ir a casa, porque se iba la canguro, y mis compañeros hombres podían quedarse a echar más horas y hacer méritos para ascender. Tienes que decidir y da rabia, porque te gustaría estar ahí, porque sabes que lo mereces. Al final opté por renunciar al trabajo para poder realizar la tesis y pasar más tiempo con mis hijos.
Lola: Siempre se renuncia a algo y no todo es recuperable. Cuando nació Candela, tenía a dos adolescentes y a mi madre muy enferma, así que me tomé seis meses de excedencia y me costó años recuperar lo que hubiera conseguido de no haberme ido. Es una penalización que ellos no tienen y el resultado es que pocas mujeres llegan a puestos directivos sin renunciar a su familia.
Adela: Cuando veo la de mujeres que desaparecen del mercado laboral a los 30 pienso: ¿somos tontas?. El mensaje a las jóvenes debe ser: sigue adelante, no renuncies. Porque la brecha salarial es un hecho.
Lola: Afortunadamente, estamos en un momento, tras el 8M del año pasado, de mucha concienciación para avanzar hacia la igualdad, aunque aún queda mucho por hacer.