Sociedad y Cultura

La Audiencia ordena repetir el juicio de Rosie, la burra devorada viva por un perro

LA AUDIENCIA ORDENA REPETIR EL JUCIO DE ROSIE, LA BURRA DEVORADA EN VIDA POR UN PERRO ANTE LA PASIVIDAD DE SU DUEÑO
Rosie fue atacada por un perro repetidamente ante la pasividad de su dueñoEl propietario de los animales no prestó la atención veterinaria necesaria a la burra y no tomó alguna otra medida, como hubiera sido aislar al perro.

La Audiencia de Valencia ordena repetir el juicio de Rosie, la burra que estaba siendo devorada viva por un perro y cuyo propietario, a pesar de no darle cuidados veterinarios ni tomar medidas para paliar su sufrimiento, quedó absuelto.

“El propietario nunca fue conocedor del estado de la burra ni permitió de manera deliberada que el can siguiera atacando al animal”- así, de un plumazo, daba por cerrado el caso el Juez encargado de dictar la sentencia.

Sin embargo, la Audiencia de Valencia ha anulado la sentencia que absolvía al acusado. Los magistrados argumentan su decisión -nada frecuente, por otra parte- en la «falta de racionalidad en la motivación por una defectuosa valoración de la prueba», es decir, que las conclusiones del juez tras la celebración de la vista no resultan razonables. La Sala ordena la repetición del juicio con otro magistrado. De esta forma, el tribunal estima el recurso presentado por el fiscal contra la sentencia del Juzgado de lo Penal.

El ministerio público reclamó en su día un año de cárcel al acusado por no cuidar a su burra y permitir que un perro, también de su propiedad, atacara repetidamente al animal. Aparte de la pena de cárcel por maltrato animal, el fiscal solicitó una inhabilitación para la tenencia de animales y para ejercer cualquier profesión relacionada con este ámbito.

Los hechos se remontan al verano de 2015. El ahora acusado tenía dos burros y un perro en un solar de Quart de Poblet. El animal herido era ‘Rosie’, una burra de 16 años de edad que presentaba varias heridas por todo el cuerpo y algunas especialmente profundas en las nalgas. Los desgarros habían sido causados por el can que se encontraba en las instalaciones. El propietario de los animales no prestó la atención veterinaria necesaria a la burra y no tomó alguna otra medida, como hubiera sido aislar al perro.

Este era el relato del fiscal que, no obstante, se vio desmontado con la primera sentencia. El juez resolvió que el propietario nunca fue conocedor del estado de la burra ni permitió de manera deliberada que el can siguiera atacando al animal. Es en este punto, donde la Sala rechaza sus conclusiones. Los magistrados que han estudiado el recurso concluyen que las deducciones de su compañero «se han apartado de las máximas de experiencia» y destacan «la omisión de todo razonamiento sobre la suma de todo lo que conocía y su inacción», en referencia a la actuación del acusado.

Desde 2015, la Audiencia no puede condenar cuando en primera instancia se ha absuelto al acusado. El tribunal sólo puede ordenar que se motive mejor el fallo o la repetición del proceso, tal y como se ha producido en este asunto. La Sala acuerda que el juicio deberá estar presidido por otro magistrado diferente al que dictó el primer fallo. Así, recuerda que la elaboración de una sentencia supone «tomar partido» por alguna de las posiciones en el juicio y esto hace que, en mayor o menor grado, pierda la «imparcialidad» que se exige en el ordenamiento jurídico. En definitiva, que resultaría muy complicado que el anterior magistrado volviera a celebrar el juicio desligándose por completo de la idea que ya se formuló durante la primera vista.

Además de las heridas que Rosie presentaba, los burros vivían en unas instalaciones insalubres y, según los informes veterinarios, se encontraban con un grado alto de desnutrición. Rosie pesaba 158kg, respecto a los 250kg que realmente debería pesar un burro de su edad y tamaño. Las valoraciones médicas determinaron también que los burros tenían sarna y fracturas óseas pasadas mal selladas.

Pruebas suficientemente fundadas en las que se ha apoyado el Fiscal contra la sentencia del Juzgado de lo Penal de Valencia, y que ahora, considera suficientes para anular la sentencia absolutoria y repetir el juicio contra el ex propietario de los animales.

El Refugio del Burrito, la asociación protectora de burros y mulos que se ha encargado de la recuperación y rehabilitación de Rosie así como de llevar este caso ante los tribunales, no parará de luchar para que actos como este no queden impunes y conseguir una sociedad mas eticas y comprometida con el bienestar de los animales.

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