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Montanaro: ORDEN DE SANTA MARÍA DE ESPAÑA

ORDEN DE SANTA MARÍA DE ESPAÑA

Todos los días aprendemos algo y a veces, la hidalguía española en pleno siglo XXI y tras 745 años sigue dándonos lecciones y ejemplos francos, humildes y honorables así, llegamos a descubrir algunos a La Orden de Santa María de España, también conocida como la Orden de la Estrella, fue y es una orden militar española de carácter naval, la primera y fue creada por iniciativa de Alfonso X el Sabio, rey de León y de Castilla.

Cuentan las crónicas que, en mayo de 1243, después del tratado con lbn Hud, el entonces Infante de Castilla don Alfonso hizo su entrada en Murcia, cuyo reino tardaría aún dos años en pacificar. A partir de la sumisión de todo el territorio, señala Torres Fontes que; «una de las primeras preocupaciones de don Alfonso y en la que pondría todo su entusiasmo fue mantener y aprovechar el alto grado cultural existente en el Sureste». Se ha vinculado la fundación de la primera Universidad de Murcia a Alfonso X el Sabio, quien, figura desde hace muchos años en el escudo del primer centro docente junto a la leyenda «Universitas Studiorum Murciaria» y una fecha un tanto enigmática MCCLXXII. Se debe la presencia de la figura del monarca a que Alfonso X el Sabio fue el primer promotor de la Universidad de Murcia, ya que tanto en su época de infante y conquistador como ya durante su reinado, funcionó, según todos los indicios, el primer centro de estudios e investigación de nivel superior.

Así las cosas, la orden fue creada sobre el año 1270 por el rey Alfonso X para la defensa naval de la Corona de Castilla a pesar de que hay estudios profundos de la propia Orden que lo ponen en duda. Estaba instituida al modo de la Orden de Calatrava, y entre sus miembros había tanto caballeros como clérigos. Desde 1273, se integró por deseo del rey en la Orden del Císter. Los hábitos de la orden eran y son una túnica negra y una capa roja con una estrella dorada, en cuyo interior se encontraban bordadas las armas de la Corona.

El amor de Alfonso X el Sabio, rey de León y de Castilla, por la Santísima Virgen del Rosell quedó plasmado en una de sus famosas Cantigas. Sin embargo, no solamente quedó reflejada esa devoción en ello, sino en la creación de la Orden Militar de Santa María de España.

El propio rey solicita permiso a la Curia y en 1273 se aprueban los estatutos. Estaba instituida al modo de la Orden de Calatrava y compuesta por caballeros y clérigos. Es la primera orden militar ibérica organizada en torno a una flota, por tanto, la primera en contar con un Almirante, al estilo del Temple. Es la primera y única orden militar hispana que contó con cuatro sedes, repartidas por los cuatro puntos cardinales del reino: Cartagena, San Sebastián, Coruña y Puerto de Santa María. Y desde luego, es la primera en intitularse “de España”, cuando éste era un concepto político todavía en ciernes.

El Códice de Florencia de las Cantigas de Santa María contiene una cantiga dedicada a esta orden. Lamentablemente, de los cuatro libros conservados de las cantigas, el de Florencia es el único que tiene las líneas de pentagramas vacías, por lo que la música de esta cantiga no se conserva.

Las cantigas las dio a conocer Marcelino Menéndez Pelayo el año 1877, cuando el brillante profesor y escritor realizó una serie de viajes por las principales bibliotecas europeas, buscaba algún códice alfonsino de milagros de Nuestra Señora. El mismo Menéndez Pelayo, en carta desde Florencia al marqués de Valmar le explica el hallazgo y las llamó «Biblia estética del siglo XIII». El manuscrito de las Cantigas de Santa María y el resto, fueron escritas en galaicoportugués y en notación musical mensurada o tipo de notación rítmicamente más precisa creada precisamente en el siglo XIII por Franco de Colonia. en la corte del rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo XIII, constituye una de las colecciones de canción monódica más importante de la literatura medieval occidental. Se trata de un conjunto de 427 composiciones en honor a la Virgen María.

La Orden se establece en Cartagena, en un convento cisterciense que fue mandado construir por el rey y en el que expresó su deseo de ser enterrado a su muerte, más tarde se instalan en la Torre del Homenaje del castillo de la Concepción. La orden fue puesta bajo la advocación de la Virgen del Rosell, fue patrona de la ciudad y representada en talla medieval se encuentra en Cartagena. De hecho, y debido a la cercanía del Castillo de la Concepción Algunos historiadores opinan que la Catedral de Cartagena es en realidad el templo de este convento.

Debido a las diferentes ubicaciones de la Orden, podemos deducir que no solamente velaba por los intereses de Cartagena, sino por los de todo el reinado de Alfonso X, puesto que tenía como principal fin «la lucha contra el infiel en el mar». Abogaba por proteger las costas y según estudios, también el interior de piratas, así como del asedio musulmán. Otro objetivo era la salvaguarda del Mediterráneo, velar y potenciar el comercio marítimo. Se considera por estudiosos que la orden es precursora de la Infantería de Marina, debido a su misión defensiva de los mares y en tierra. La Orden era poseedora en fortalezas, eran de su propiedad castillos como los de Alcalá de los Gazules, Berroquejo (Jerez de la Frontera), La Concepción (Cartagena), Oropesa de Toledo, San Marcos (El Puerto de Santa María) y Torrestrella (Medina Sidonia), y además de las sedes mencionadas.

Su objetivo no era otro según Facsímil de la Cantiga 78 del Códice de Florencia donde se hace referencia a la Orden de Santa María de España y, debido a las diferentes ubicaciones de la Orden, podemos deducir que no solamente velaba por los intereses de Cartagena, sino por los de todo el reinado de Alfonso X, puesto que tenía como principal fin «la lucha contra el infiel en el mar».

Alfonso X permaneció en el reino de Murcia desde el año anterior 1272 y resulta lógico que encargara la solicitud de aprobación pontificia a través de dos embajadores, el maestro Fernando de Zamora y el obispo dominico de Ávila, fray Aldemaro, enviados ante la Curia romana para abogar, una vez más, por sus aspiraciones imperiales. Denostada en su génesis por el papado y descorazonadora para los intereses de la Corona. Plasmó una larga lista de peligros y quebrantos que implicaba la nueva institución militar fundada en un momento de la historia medieval en la que la sede papal estuvo vacante durante varios años, culminando con la proclamación de Gregorio X como nuevo Papa, en el cónclave de Viterbo, curiosamente el más largo de la historia de la Iglesia Católica. Fue este Papa quien se negó a confirmar a la Orden de Santa María de España como nueva orden militar y digo orden que no cofradía como otras. Indicaba que, a pesar de las encendidas proclamas de humildad y solidaridad en sus comienzos, este tipo de ordenes militares eran denostadas por la Curia por temor a ellas y posibles sublevaciones contra la propia representación de la Iglesia.

Cuentan las crónicas que, el día 23 de junio de 1280 tuvo lugar la batalla de Moclín, perdieron la vida más de 2800 hombres, entre caballeros y peones, siendo la mayoría freires o caballeros de la Orden de Santiago, incluyendo a su maestre. Para evitar que la Orden de Santiago se extinguiera por la pérdida de sus miembros, Alfonso X integró en ella a los miembros de la Orden de Santa María de España, y nombró al maestre de esta última, Pedro Núñez, maestre de la Orden de Santiago, provocando con ello la desaparición de la Orden de la Estrella, según relato de González Jiménez. Otra razón para la extinción de la Orden es contemplar la ineficacia en la lucha en los mares contra los enemigos de Castilla, pues en su única gran expedición, la Armada de Santa María de España fue totalmente aniquilada en la batalla de Algeciras de 1278. Pero fue una derrota más propia del escorbuto que de los sarracenos. Hay aún profundas investigaciones que no certifican la leyenda o relato.

Así, la potente flota partía desde Sevilla para bloquear Algeciras. La flota, formada por más de cien barcos de diferentes tipos y apoyada por la Orden de Santa María de España, fue puesta al mando del almirante Pedro Martínez de Fe. Tras averiguar el mal estado en el que se encontraba la flota castellana y sus tripulaciones por parte de la insurgencia musulmana, sometidas la castellana a una epidemia de escorbuto, decidieron el ataque por sorpresa, así se desarrolló una gran batalla naval que concluyó con la práctica destrucción de toda la flota castellana.

Enfundados en curiosas a la vez que tradicionales capas, en extremadamente ataviados y adornados uniformes llenos de filigranas militares por la entidad de la empresa a servir, más propios de embajadores y almirantazgos que de Orden longeva, desde Cartagena se refunda la Orden con visos notables de honorabilidad, solidaridad y generosidad y, sin desfallecer en la dura tarea impuesta de recomponer más de 7 siglos de historia.

Fue un 13 de agosto de 2008 cuando se constituyó en escritura pública el Capítulo General de Cartagena de esta Orden que se considera heredera de la antigua Orden de Santa María de España, con el objetivo de promocionar el culto a la Virgen del Rosell, ojo, también llamada Santa María de España la patrona canónica de Cartagena, y así, difundir el patrimonio histórico, religioso y naval de la ciudad, haciendo especial hincapié en su historia, la de la Orden, la de la ciudad y la de España. El escudo de la Orden Militar de Santa María de España se extendió por la nación. Se trata de una estrella de ocho puntas -la estrela do dia- cuyo centro lo ocupa majestuoso la imagen de la Virgen del Rosell. Así, la Virgen fue conocida como «Santa María de España» o «Santa María de Cartagena» y la orden como «Orden de la Estrella». Actualmente, el escudo de la Universidad Politécnica de Cartagena muestra influencias del emblema de la Orden, dos castillos y dos leones. Se unen o convergen con el escudo una de las Cantigas de Santa María que se ha hecho famosa, está escrita en galaicoportugués igual que el resto y fue compuesta por el rey Alfonso X el Sabio. Corresponde a la cantiga “C”, 100 y su título es Santa María, Strela do día. Una bella alabanza a ella. Se le pide a María que nos guíe en el camino, que nos perdone, en un alarde de veneración sin límite a la Virgen María.

Ya en el mundo contemporáneo y en los inicios del siglo XXI, desde el año 2008, un grupo de personas, un conjunto de nuevos luchadores por mar y por tierra, con la esperanza por bandera de hacer el bien y construir un mundo mejor, más ecuánime y solidario, buscan resurgir el espíritu de dicha orden desde el esfuerzo y el sacrifico polivalente que ello conlleva, a la par que la vida familiar y laboral, aunque hoy, con una misión más enfocada en el culto persigue y consigue formalizar y fomentar la veneración a la Santísima Virgen del Rosell y a los Cuatro Santos cartageneros que, junto a la posterior llegada de la Santísima Virgen de la Caridad conforman los pilares ineludibles del fervor cartagenero.

La Orden Militar de Santa María de España, quizás la más desconocida de las órdenes militares, quizás ocultada para la incultura del pueblo en otras de mayor renombre, pero no de mayor trascendencia, podemos decir que condensa en su reciente historia todas las esperanzas, ideales y también todas las frustraciones de su fundador, el Rey Sabio, Alfonso X. Rey agasajado y reconocido por la Orden. Como esta Orden si algo profesa es la generosidad y la solidaridad, fruto de ese generoso agradecimiento a su ascendente, el 28 de Mayo de 2022 inauguró un busto del Rey Sabio en la que llegó a ser su sede, la Torre del Castillo de la Concepción quedando la imagen situada en la explanada de banderas de tan regia y magna construcción.

Todo en la Orden es contractual con su génesis y fundación, su nombre, en el que confluyen dos debilidades veneradas por el monarca, “Santa María” y “España”, incluso su originario propósito, «el fecho del mar», el hecho del Mar o incluso, más allá, “fecho de allende la mar”.

Sea como fuera, la idea que impulsó a crear esta nueva orden militar era promover el estímulo y los ideales de la caballería de la guerra contra el infiel en el mar, contra el sarraceno que asediaba a España, a los reinos entonces de Castilla. La Reconquista real duró dos siglos, pero no creó la unidad de España. En 1270, España era una pluralidad de reinos, hay cuatro reinos cristianos en la península; la corona de Castilla, la corona de Aragón, el reino de Navarra y el reino de Portugal. Sobre ello sobrevolaba la idea del citado «fecho del Imperio», un proyecto ambicioso que reconoce la posición hegemónica de Castilla en la Península Ibérica y dónde, las ordenes y la Orden de Santa María de España tomaban protagonismo. Aunque años más adelante, a tenor de las circunstancias históricas por las que atraviesa Castilla, se pensará en utilizar su fuerza militar para la defensa de la frontera castellana contra Granada y el reino moro.

La Orden de Santa María de España, estaba integrada por clérigos, caballeros y otros freires laicos. Con 4 conventos a modo de verdaderas “capitanías generales” o departamentos marítimos, ¿les suena las descripciones y la situación estratégica? Cartagena, San Sebastián, La Coruña y Puerto de Santa María abarcando la totalidad del litoral castellano y convergiendo las fuerzas navales bajo la jefatura de un sólo almirante Don Sancho, segundo hijo del monarca. El Rey Sabio solicitó la incorporación de la Orden Santa María de España en la Orden del Cister ante el capítulo general de dicha orden celebrado en Enero de 1273 al que compareció el Maestre Gaufrido de Everle, Capellán del Rey castellano, presentando los Estatutos de Santa María de España y suplicando la incorporación de sus monasterios y de sus religiosos a la orden cisterciense. La súplica abarcaba además que, el monasterio de Cartagena quedase sujeto a la abadía de la gran Selva de Francia o Selva Mayor, como filial suya y que, a los caballeros y demás freires laicos de Santa María de España se les otorgasen las gracias que la orden del Cister que había concedido a los de Calatrava. Destacar que la orden cisterciense desempeñó un papel protagonista en la historia religiosa del siglo XII y XIII. Su influencia fue particularmente importante en el este del río Elba donde la orden hizo «progresar al mismo tiempo el cristianismo, la civilización y el desarrollo de las tierras, fue un hito destacado en la historia religiosa de Europa y Alfonso X tenía visión internacional.

D. Alfonso para consolidar la orden, da privilegios y mercedes para su mejor gobierno y organización, a la par que percepciones económicas suficientes para facilitar su desenvolvimiento. Así, la Orden de Santa María alcanzaba mayor independencia y se le otorgaba una más alta jerarquía religiosa. Los monjes de la Orden se convirtieron en intermediarios para alcanzar la gracia real. Existe un privilegio, otorgado por Alfonso X en Sevilla, en el propio año de 1282 a los pobladores y moradores del castillo de Medina Sidonia y de ese privilegio se desprende que ni la Orden de Santiago, ni otra alguna como la de Santa María de España, tenían ya dominio territorial. Así se perdió la vinculación de esta zona con las ordenes militares y tan tristemente acabó también con Santa María de España, el sueño dorado, el gran infortunio, del sabio rey que conquistó Alcalá.

El proyecto de Alfonso X de construir una monarquía soberanista en Castilla a partir de un ambicioso programa legislativo despertó, de forma simultánea, la oposición del clero y la de la nobleza, así como del Pontificado en el exterior, un Pontificado que se veía amenazado por la política internacional de la primera mitad del reinado del Rey. Las Ordenes Militares que eran y son una amalgama social y política de oradores y hombres de guerra unidos en una única institución fueron, en muchos sentidos, la más perfecta expresión de la íntima conexión conceptual existente entre los universos paralelos de la hierocracia y la feudalidad, aliados naturales contra las emergentes monarquías. La hierocracia afirma la primacía de la autoridad eclesiástica, no ya en dignidad, sino también desde una perspectiva jurídica y política, y el feudalismo como organización política y social basada en los feudos, tiempo de la Edad Media en que estos estuvieron en vigor y amenazantes al Papado. La característica distintiva de las Ordenes Militares internacionales como la del Temple o los Hospitalarios, se convirtieron en instrumentos de la política secular de la Curia pontificia.

Una gran desconocida que mantiene su relato y su génesis en pleno siglo XXI, una Orden que está compuesta por Hidalgos Caballeros y Freires o Freires e Hidalgos Caballeros que secundan y dan cobijo en su alma y corazón a nuestra Patrona por antonomasia que es la Virgen del Rosell, cuando la veamos en la Arciprestal Iglesia de Santa María, quizás nos vengan a la mente estos escuderos de las milicias católicas, sus guardianes. Una Orden que se engalana con la pertenencia a su entorno y engalanando con sus hábitos a lo más granado de la sociedad cartagenera, una orden digna de estudio, de conocimiento social, seguimiento y divulgación. La Orden de Santa María de España.

“El verdadero soldado no lucha porque odia lo que hay delante de él, sino porque ama qué hay detrás de él.” G.K. Chesterton.

Andrés Hernández Martínez

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