Patiño reconoce con una calle la memoria de María Hernández, vecina ejemplar de la pedanía
Patiño reconoce con una calle la memoria de María Hernández, vecina ejemplar de la pedanía
El concejal de Pedanías y Vertebración Territorial, Marco Antonio Fernández, participó en el acto de homenaje en el que se ha colocado una placa con el nombre de esta vecina en la calle situada junto a los números 81, 83 y 85 de la Carretera de Santa Catalina
Familiares, vecinos y representantes municipales han recordado su figura, muy querida en la pedanía por su generosidad y compromiso con el barrio
María Hernández y su marido cedieron voluntariamente un terreno para que esta vía tuviera acceso público y conectara con la A-30
El Ayuntamiento de Murcia, a través de la Concejalía de Pedanías y Vertebración Territorial y en colaboración con la Junta Municipal de Patiño, ha participado en el acto de colocación de la nueva placa que da nombre a la calle María Hernández, ubicada entre los números 81, 83 y 85 de la Carretera de Santa Catalina.
Esta designación responde al acuerdo adoptado por unanimidad por la Junta Municipal de Patiño que reconoce la figura de María Hernández Gallego, una vecina muy querida por su implicación social y su aportación desinteresada al urbanismo de la pedanía.
María Hernández, conocida cariñosamente como «María la Merina», nació en 1917 en esta misma calle, donde residió toda su vida y donde también nacieron sus hijos y nietos. La Junta Municipal ha querido así rendir homenaje a una mujer humilde, trabajadora y generosa, que junto a su marido cedió voluntariamente parte de su terreno para que esta calle pudiera contar con acceso público desde el camino de servicio de la A-30 hasta la Carretera de Santa Catalina. Gracias a ese gesto altruista, la vía fue consolidándose como espacio de paso y residencia vecinal, albergando incluso en la actualidad un comercio local.
Durante su vida, María fue una persona de trato cercano con los vecinos, habitual del Centro de Mayores de los Alburquerques y clienta fiel de los establecimientos del barrio, como el conocido ultramarinos «La Romera». Su figura sigue siendo recordada con cariño en el entorno y representa el arraigo y la identidad de Patiño.
G.P.
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