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PENSANDO EN VOZ ALTA: CANSANCIO PANDÉMICO

🤔 EN VOZ ALTA

CANSANCIO PANDÉMICO

Como cada fin de semana me dispongo a redactar mi columna -les comento: siempre la escribo entre el domingo y el lunes muy temprano- y me encuentro muy desmotivado, muy cansado y con ganas de mandarlo todo a la porra. Realmente, temas para abordar hay cientos más ninguno me llama la atención porque son muy repetitivos y demasiado cansinos. Pienso que todo está preparado y diseñado para que nos movamos en una rueda sin fin -como la del hámster en sus jaula-. Rueda sin fin porque hay sensación de movimiento, pero siempre estamos en el mismo punto.

Me comentaba una amiga, la semana pasada, que parece mentira que con la cantidad de palos que nos estamos llevando: Ertes, eres,paro, pérdida de empleo, cierres de negocios, personas que llevan sin cobrar muchos meses, aumento de las colas en los comedores solidarios y todo lo que cada uno pueda anotar… y, lo curioso, nadie se rebela, nadie pone pie en pared y dice basta… ¡es increíble! Le tengo que dar toda la razón. Posiblemente el cansancio pandémico ha anulado toda capacidad de reacción y eso es muy peligroso ya que han conseguido anular nuestros movimientos. Llevamos muchos meses en los que los actos sociales, las celebraciones de todo tipo se han anulado, se han suspendido y en manos de los que nos (des)gobiernan están las “armas” para seguir suspendiendo y reprimiendo toda actividad de grupo. Es suficiente con decretar un Estado de alarma y a seguir.

Les recuerdo: El Consejo de Ministros aprobó el 3 de noviembre de 2020 una prórroga del Estado de alarma por un periodo de 6 meses desde las 00:00 horas del 9 de noviembre de 2020 hasta las 00:00 horas del 9 de mayo de 2021. Pero muy posiblemente antes de esa fecha tendremos noticias de los movimientos siguientes ¿cuáles? Ellos a fumarse un puro.

Es inaudito los eficaces que son con algunos temas y los ineficaces que son con otros. Quizás sea la eficacia de la ineficacia lo que les hace potentes. Mientras tanto el cansancio, no ya pandémico sino, gubernamental nos hace mucho daño. El limitar nuestras costumbres, el poner barreras a nuestra manera de ser y actuar, el no dar datos claros y precisos, el no explicar los temas claramente, el echarse las culpas unos a otros, en definitiva, el no tener un par de gónadas para dar la cara y reconocer lo que se hace mal, hace que nos agotemos y haya personas que, de forma inmadura y poco razonable, echen por la calle de en medio y actúen en la clandestinidad y se lie parda.

Cuando se interrumpe una normalidad, una monotonía de actuación nos tropezamos con sensaciones raras y que a nivel mental nos pueden hacer mucho daño: tristeza continua, ansiedad excesiva, dificultad de atención, insomnio, preocupación por el futuro, inseguridad en uno mismo, síntomas psicosomáticos que no tienen causa orgánica alguna -fruto del estado mental o emocional-… La lista puede aumentar todo lo que se quiera. No es que todos tengamos la totalidad de los síntomas, pero alguno que otro si tendremos. El peor de todos, bajo mi prisma personal, es el que afecta a la mente, los estrés mentales son muy peligrosos. Hemos de volver, si o si, a nuestra vida “normal” ¿cuándo?, cuanto antes. Espero y deseo que la ansiada vacuna llegue a todos lo antes posible y que poco a poco recuperemos nuestro ritmo vital.

Me he preguntado durante todo este tiempo si con las limitaciones que nos han impuesto, al encerrarnos en este gran campo de concentración en que han convertido todo el país, han tenido en cuenta la salud social de las personas… por las derivas que se han producido parece que no.

Desde aquí, creo que no digo nada raro, le recomiendo a las personas que vean que tienen fatiga pandémica o que se sientan con malestar emocional, que pidan ayuda profesional psicológica para poder hablar y trabajar con las emociones más complicadas.

Tres son las caras que la pandemia Covid-19 han tocado, según la OMS: física (con la propia enfermedad), psicológica (los efectos en la salud mental) y social (confinamiento y restricciones). Insisto que el cansancio por la pandemia es normal, pero en ocasiones necesitamos ayuda. Nuestra salud mental es muy importante, ahora y siempre.

Tardaremos en ver la luz al final del túnel,pero venceremos la pandemia y al cansancio pandémico.

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