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PENSANDO EN VOZ ALTA: GRETA THUNBERG

PENSANDO EN VOZ ALTA

GRETA THUNBERG

Greta Thunberg es una niña sueca de dieciséis años. Es una niña que “¿lidera las protestas?”contra el cambio climático. Es una niña que falta al colegio más que nadie y, al parecer, todo el mundo lo ve normal -lleva más de un año ausentándose del colegio-. Es una niña que viaja por todo el mundo como una “estrella de algo” -participando como invitada en foros, cumbres y parlamentos europeos- y sus padres lo toleran.

Hace muchos años que no me creo nada de nada. Recelo de todo y de todos. No trago con nada. Digo todo esto porque desde el principio me llamó la atención la susodicha Greta Thunberg. Como curioso que soy me puse a buscar datos sobre la chiquilla, datos que todos ustedes pueden tener sin problemas, y los voy a compartir con quienes tienen el detalle de leerme.

Lo primero que me llama la atención -todo es susceptible de corregir y mejorar- es la vinculación de la niña sueca con los intereses de distintas organizaciones: Un grupo de presión de la energía verde, con profesionales de la publicidad y las relaciones públicas, con determinadas élites del movimiento ecologista y el gabinete de un exministro socialdemócrata sueco que financia algunas de las principales empresas energéticas.

Según The Times: Thunberg es la punta de lanza de una estrategia de presión que busca generar unos réditos empresariales concretos.

Greta no está sola, evidentemente, pues tras ella se encuentra una plataforma de nombre We Don’t Have Time, fundada por un tal Ingmar Rentzhog, que ha popularizado las distintas acciones de la moza a través de redes sociales y otros canales de comunicación.

Rentzhog, reconoce que la huelga que protagonizó la niña sueca en su colegio y que la catapultó a la fama fue coordinada al menos una semana antes… Todo estaba cuadrado, puesto que esa misma semana salía a la venta un libro de sus propios padres sobre el planeta… ¿casualidad? Anotar que los contactos de Rentzhog son… más que impresionantes.

El padre de Greta, Svante, es actor, pero ha optado por retirarse de los escenarios y dedicarse a ser el manager de su hija. Svante se niega a dar entrevistas y aresponder cualquier pregunta que le hagan los medios; afirmando que su hija “es independiente y camina al margen de cualquier organización o grupo de poder” -este señor piensa que la gente es idiota-.

Parte del trabajo de Greta se está canalizando a través de Daniel Donner, que ejerce como jefe de prensa de la niña. Donner trabaja en la oficina de un grupo de presión con sede en Bruselas conocido como European Climate Foundation, financiado por importantes grupos empresariales y financieros.

El grueso del discurso de esta niña consiste en erigirse en portavoz de la juventud mundial y lanzar diversos reproches a la población adulta. Semanas pasadas Greta Thunberg tuvo una apocalíptica comparecencia ante la ONU, poniendo de manifiesto el marcado tono alarmista del activismo climático escorado a la izquierda. Su intervención no supone ninguna novedad: las predicciones climáticas apocalípticas llevan sucediéndose ciento de años, siendo especialmente recurrentes durante el último medio siglo.

Tanto Confucio (siglo VI a.C.) o Platón Aristóteles (siglo IV a.C.) dieron la voz de alarma antes que Greta Thunberg.

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