PENSANDO EN VOZ ALTA: LO NEGRO ESTÁ DE MODA (Y 2)
PENSANDO EN VOZ ALTA
LO NEGRO ESTÁ DE MODA (Y 2)
Muchos pensamos que la novela negra “ha colgado el barómetro en las plazas para comprobar la presión de la atmósfera social”. Pero ese ‘supuesto barómetro’ que nos dice que la novela negra presenta una atmósfera asfixiante de miedo, violencia, injusticia, inseguridad y corrupción del poder político lo lleva arrastrando desde las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, cuando la crisis económica desatada tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Gran Depresión de 1929 da lugar a historias policiacas inspiradas por la entrada en vigor de la ley seca (1920-1933) y el subsiguiente desarrollo del crimen organizado y gansterismo.
La motivación o móvil de los crímenes es siempre alguna debilidad humana: rabia, ansia de poder, envidia, odio, codicia, lujuria, etc. Por esto aparece en los diálogos un lenguaje crudo, a menudo la jerga callejera, y se da más importancia al desarrollo de la acción que al análisis del crimen, aunque también importa una descripción naturalista y a veces impresionista de la sociedad donde, más que nacen, se hacen criminales junto a una reflexión, casi siempre no explicitada, del deterioro ético.
Enseguida Madrid y Barcelona se convirtieron en las únicas sedes del género. Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma o Juan Madrid, entre otros, mostraron que las dos grandes ciudades españolas ofrecían escenarios de gran dureza dramática, muy aptos para ambientar sus ficciones. Sin embargo, en los últimos años un corro de policías y detectives se han desplegado por todo el territorio español, de modo que no hay región ni provincia -del País Vasco a Cuenca, de Galicia a Granada- que no tenga su investigador desentrañando enigmas.
Algunos ejemplos próximos los tenemos con: “Sergio Gomes” (Antonio Parra Sanz). “Víctor Ros” (Jerónimo Tristante). “Samuel Alonso” (Alfonso Gutiérrez Caro). Un poco más alejado, en Canarias teníamos a “Eladio Monroy” (del eterno Alexis Ravelo). En fin, muchos más que en algún momento le dedicaremos su espacio.
Lo que queda claro es que lo negro está de moda.