PENSANDO EN VOZ ALTA: ¿POR QUÉ LEER? (Y 2)

PENSANDO EN VOZ ALTA
¿POR QUÉ LEER? (Y 2)
Antes de continuar, y rematar, la columna que inicié el pasado lunes, día 17, quiero confesar que ha sido una de las columnas más aplaudidas de las que llevo publicadas. Este hecho me hace muy feliz y me anima a continuar cavilando y planteando preguntas que a algunos de mis lectores le parecen obvias. También he de testimoniar que a otros no le han satisfecho dichos pensamientos.
Me dicen que hay muchos temas de actualidad que podría comentar, no estoy en desacuerdo con ello, más, no me gusta opinar sin tener una gran parte de la información en mis manos. ¿Me puedo fiar de la prensa? ¿Me puedo fiar de los contertulios al uso? ¿Me puedo fiar de las tertulias televisivas y radiofónicas? Con rotundidad ¡NO! No, porque no veo imparcialidad absoluta. Puedo fiarme más de unas que de otras, si… ¡pero! Por otro lado, la falta total de credibilidad de los responsables políticos hace que dude hasta de lo que pienso y escribo.
En estos días, por una nefasta acción de los responsables de asuntos exteriores, estamos asistiendo a una auténtica invasión de las ciudades de Ceuta y Melilla. Como melillense me duelen prendas, aquellas prendas que más de uno y más de dos, responsables analfabetos de parcelas políticas nacionales, opinen que esas ciudades no son españolas y que hay que “restituirlas” a sus propietarios… analfabetos totales… Aprovecho para plasmar aquí un resumen de la columna que publiqué el día 13 de julio del pasado año como respuesta a los analfabetos mentales, también, a ¿por qué leer?: «…Marruecos sitiará Melilla en 1775, pero Melilla resistirá también. Y será otro sultán de Marruecos quien, por el Tratado de Wad-Ras de 1860, reconozca la españolidad de Melilla y de Ceuta.
Durante este largo ciclo de 2.000 años que aquí hemos resumido apresuradamente, Marruecos nunca tuvo en sus manos Ceuta y Melilla. Las primeras formaciones políticas que aparecen en la zona –el Reino de Nekor, la dinastía árabe de los idrisíes, las dinastías bereberes de almohades, almorávides y benimerines- no pueden ser consideradas como precedentes del Marruecos actual, pero, incluso si lo fueran, su supuesto derecho sobre nuestras ciudades es insostenible (sería como si reivindicaran Tarifa o Granada). La dinastía alauí o alauita, cuyas posesiones son el germen del Marruecos actual, surge en el siglo XVII, cuando Ceuta y Melilla ya llevan doscientos años junto a las coronas ibéricas y cristianas.
Ceuta y Melilla son españolas porque así lo quieren hoy sus habitantes. Además, lo son porque Ceuta decidió serlo en 1640 y porque Melilla fue reconstruida prácticamente de la nada por los españoles en 1497. Y son españolas, en fin, porque toda su historia ha estado íntimamente ligada a la del resto de España desde tiempos de los fenicios».
Por otra parte, completamos el relato recordando que Marruecos consigue la independencia en el año 1956… parte de los primeros años de independencia los viví, siendo un chaval lógicamente, personalmente en territorio marroquí.
En fin, para finalizar, voy a añadir un par de pensamientos y no les doy más la tabarra con ¿Por qué leer?
Un lector, terminada la lectura, no vuelve a ser virgen. Es él mismo, completado por frases; pero ¡con qué fascinación! Hay que tener en cuenta que elegimos en nuestras lecturas las ropas de nuestras sensaciones, las palabras que nos gustarían que brotasen de nuestras bocas.
Los lectores somos presas de los libros. Los libros se alimentan de los lectores. Necesitan ser hablados por ellos. La literatura no está compuesta de ideas, sino de hechos observados de una manera tan personal que se crea un encanto intelectual que los lectores encandilados siguen. ¿Adivinaríamos, caminando por las calles, si pudiéramos mirar en su interior a los demás, quien es lector y quien no?
¿Por qué leer? Leemos por egoísmo, pero llegamos sin querer a un resultado altruista. Al leer, normalmente, revivimos pensamientos dormidos. Podemos comparar el libro con algún cuento contenido en uno de ellos, porque ¿qué es un libro sino una bella durmiente?, ¿qué es un lector sino su príncipe azul, aunque lleve gafas, no le quede un pelo en la cabeza y tenga más de noventa años? Un libro cerrado es algo que existe, pero no está vivo. Físicamente es un paralelepípedo rectángulo, cubierto probablemente por una fina capa de polvo, y tan vacío como vacía puede estar una caja.
Acabo con la siguiente pregunta: ¿Hay alguien que lea por odio? Parece ser que algunos leen por odio. No es fácil que al preguntar se tenga una respuesta contundente, pero, si se deja entrever que hay escritores envidiosos de sus colegas y al leerlos lo hacen con cierto “odio”. También están los críticos envidiosos de todo el mundo. Es curiosa la expresión: «No nos leemos, nos vigilamos».
Hoy llego hasta aquí, aunque en mi mochila mental y en mis apuntes físicos hay mucho más. No duden de que, según vea la acogida, siga reflexionando con todos ustedes sobre ¿Por qué leer? Y, algo más… como hoy. Gracias.