PENSANDO EN VOZ ALTA : PREGÓN SEMANA SANTA 2019
PENSANDO EN VOZ ALTA
PREGÓN SEMANA SANTA 2019
El pasado sábado, día 9, de los corrientes,asistí, invitado por el Ayuntamiento de Cartagena y la Junta de Cofradías de Semana Santa, al Pregón de las Procesiones de 2019. Aquellos que me conocen se extrañarán, sabiendo como saben que la Semana Santa y yo nos tomamos el chocolate de espaldas. No soy cofrade, no soy procesionista, no veo procesiones y no me interesa nada de lo que ocurre en esos días. Eso no me ha impedido que, en casa, haya facilitado a mis hijos, en su momento, la integración en la Cofradía correspondiente y en las Agrupaciones que cada uno eligió. Es muy difícil, casi imposible, encontrarme en la calle contemplando el discurrir de alguna procesión. Sin embargo, siempre que tengo tiempo y oportunidad las sigo por televisión. Tele Cartagena me proporciona lo que me interesa, cual es enterarme de cosas y casos de cada una de las cuatro Cofradías cartageneras, ya que las retransmisiones se acompañan de los comentarios de cofrades enterados. Mi interés es intelectual, pues en definitiva es historia y vivencia del pueblo.
Como digo, mi interés es el saber más que ver. Cuando quiero saber algo voy a quien o quienes pueden ser la fuente de información. Por ejemplo, en febrero de 2014 moderé una mesa redonda en la que intervinieron los cuatros Hermanos Mayores de ese momento. Pregunté y repregunté; hubo aclaraciones y silencios, algunas cuestiones pasaron con más pena que gloria. Una de ellas que me llamaba y me llama mucho la atención es la ausencia de un Museo de Semana Santa en Cartagena.El sábado, volví a preguntar a procesionistasde pro por el tema… no me supieron responder… lo más que conseguí fue un alzamiento de hombros.
Como he indicado, al inicio de esta columna, asistí al Pregón con interés por lo que su pregonero Tomás Martínez Pagán iba a decir. Pregón preñado de recuerdos y sentimientos; creíble en todas y cada una de sus palabras. Interesante, por cuanto que fue más allá, ya que dejó al descubierto alguna que otra carencia en el conjunto semanasantero, comenzamos: «Hoy nuestra Semana Santa tiene que discurrir en una Ciudad en parte derruida y en parte transformada; un casco en donde, por mor de los solares o de los edificios para oficinas, vive poca gente. La Semana Santa de Cartagena necesita tener un casco histórico habitado en donde el bullicio no sea por los bares y establecimientos a determinadas horas, sino por el tránsito de esas personas que disfrutan del paseo por la ciudad antigua. La ciudad y sus gentes deben abrazar nuestros desfiles pasionales».
En otro momento señala el pregonero: «…lamentablemente para muchos es una semana de vacaciones. Es por eso que la Junta de Cofradías debe trabajar con las nuevas técnicas y tecnologías para garantizar la difusión y conocimiento de tan bella tradición que hace que nuestra Semana Santa sea la mejor de España.» Aquí añado, yo, que no veo un gran interés en que la Semana Santa cartagenera traspase frontera, no veo una enorme promoción de la misma más allá del Puerto de la Cadena. Posiblemente esté equivocado, ¡ojalá! Pero, comenta Tomás Martínez Pagán que las Cofradías “deberían tener Gabinetes de Comunicación”, lo comparto totalmente. Abundando: «Es preciso por tanto Gestión y saber cómo aplicarla a nuestras Cofradías para conseguir financiación o lograr una posición en el mercado; pero sobre todo con trabajo en equipo se alcanzarán metas; y teniendo producto, todavía más.»
Añado yo que en esa gestión habría que anotar como algo perentorio el “Museo de Semana Santa”. Mi opinión: «En esta como en otras tantas cuestiones, el cartagenero está desarrollando una hipertrofia en la columna vertebral -conocida ya como hipertrofia cartagenera- de tanto mirarse el ombligo propio y ser incapaz de mirar el de enfrente. Ombliguismo y yoismo. Es inaudito que hayan pasado catorce años, corría el 2005, de una publicación aparecida en la prensa en la que se apuntaba lo siguiente, refiriéndose al museo: «La fecha de inauguración oficial del edificio -El Palacio Viuda de Molina, situado en la calle Jara- sigue sin estar definida, quedando tan solo algunas cuestiones por resolver…». ¿Qué ha pasado? ¿Qué o quien impide dicha institución? Hay que respetar a quienes nos han antecedido, hay que poner en valor todo el trabajo hecho. El pregonero del pasado año, 2018, Ángel Julio Huertas, apuntaba: «Un museo sería el mejor homenaje a todos los que nos precedieron y sería además una inversión de futuro para salvaguardar nuestro patrimonio…Pero para poder contar de nuevo con un museo deberíamos ser todos generosos, al menos así lo creo yo. Los cofrades deberíamos mostrar esa generosidad olvidándonos de esas cuotas que tenemos establecidas entre Cofradías, y que pienso que no son buenas para nada…Pero además de generosos, los cofrades deberíamos ser también humildes, muy humildes para poder acudir de nuevo a nuestras autoridades y solicitarles lo que ya nos dieron y no supimos gestionar». Más claro, agua. ¡Ombliguismos fuera! Humildad y querer de verdad a la Semana Santa -no solo figurar y sacar barriga- y por encima de todo, amar a Cartagena. ¡Museo ya!