PENSANDO EN VOZ ALTA: SILENCIO… SE ESCRIBE

PENSANDO EN VOZ ALTA
SILENCIO… SE ESCRIBE
Admirador, como soy, de todas aquellas personas que se dedican a la escritura; bien de manera profesional, bien como forma de entretenimiento o matar el gusanillo… hay una cuestión que siempre me ha cautivado: ¿Qué manías tienen a la hora de escribir? Si, si escriben a mano o directamente en el ordenador, si lo hacen vestidos o desnudos, de pie o sentados, bebiendo café o cualquier otra bebida, encerrados herméticamente en una habitación o en cualquier lugar de la casa… en fin, todas estas inquietudes me la han ido contestando todos los amigos a los que he entrevistado a lo largo de los últimos años. Hay situaciones llamativas -no se si me animaré, en algún momento, a sacar a la luz, todo lo que se me ha contado-.
Hoy quiero compartir con todos ustedes la forma de redactar de algunos amigos. Tiene, como ya habrán adivinado, relación con el título de la columna: «Silencio… se escribe»
Sólo indicaré las iniciales de los autores. No solamente veremos que necesitan silencio, sino, algunas otras cosas…
Pregunta, les recuerdo: ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
J. A. H. «Una de mis manías a la hora de escribir es que necesito estar en completo silencio. Debe ser un lugar donde esté en calma ya que soy incapaz de sentarme en un lugar público u otro sitio sin intimidad y escribir. Admiro a esos escritores capaces de construir grandes historias, sentados en una cafetería o bar. Yo soy incapaz. Otra manía sería que escribo siempre en el mismo ordenador desde hace muchos años y me cuesta horrores hacerlo en otro. Por último, siempre hago un esquema de la trama, personajes, espacio, etc… que llevo conmigo y que nunca utilizo. Sin embargo, antes de empezar, tengo la necesidad de hacerlo, aunque ya sé que no me será útil».
J. S. «Pues no muchas, la verdad. Mi escritorio es un caos “necesario”, eso sí. Me gusta escribir por las mañanas, en silencio y soledad, cosa casi imposible en XXX, donde a todas horas suenan timbres y teléfonos. Soporto mal que se me interrumpa porque necesito escribir seis o siete horas de un tirón. Las dos últimas horas de trabajo son siempre las mejores, las más placenteras y productivas».
CH. M. «Necesito silencio y la tarde por delante. Pongo el fondo de pantalla negro y letra blanca para lo definitivo y de color para lo revisable».
P. L. C. «Ninguna, un ordenador y un poco de silencio. La verdad es que no he probado a escribir con música de fondo».
E. F. «Solo una, pero innegociable. Silencio absoluto. Mejor todavía si estoy completamente sola en casa».
A. G. C. «No sé si se puede considerar una manía, pero para escribir necesito silencio y que no me molesten. Nada más»
F. C. M. «Pocas que merezcan la pena reseñar. La noche, el silencioy la soledad son imprescindibles para sumergirme en la redacción de un relato. Escuchar y aprender de las personas mayores son premisas fundamentales para consolidar un argumento literario».
P. R. A. «Mi única manía (si se le puede llamar así) es el absolutosilencio. Es difícil conseguirlo en el centro de una ciudad como XXX,así es que para lograrlo me compré unos auriculares (cascos los llaman algunos) de esos que llevan en las obras la gente que maneja los martillos hidráulicos (también conocidos como motopicos) y me los pongo cuando voy a escribir. Eso es todo. Por lo demás, soy de lo más normalico».
A. E. «Casi ninguna. Silencio, tiempo por delante, un ordenador encendido con acceso a internet, falta de preocupaciones y tener el material de trabajo a mano. Ropa cómoda, ni frío ni calor. Tener espacio donde andar de vez en cuando. Me levanto mucho y paseo mirando al suelo mientras pienso».
C. J. LL. «Así a bote pronto, no sé decirte, si puedo elegir, quiero oscuridad y silencio, pero soy muy todoterreno. Últimamente, por falta de tiempo y oportunidad, escribo más en el Office del móvil y reservo el ordenador para cuando tengo tiempo».
P. P. «No creo ser muy raro. Necesito silencio, aunque paradójicamente también necesito estar conectado a Internet. Busco datos, me documento sobre dudas o curiosidades a la vez que estoy escribiendo. A veces incluso hago búsquedas al azar que me sirven de estímulo. Es decir, encuentro en la red algo inesperado que capta mi atención y se cuela en mi escritura. Ah, y siempre que puedo escribo por la mañana».
M. F. B. «Me gusta escribir de noche, es cuando mejor me concentro. Siempre en casa, soy incapaz de hacerlo en cafés o bibliotecas. Necesito silencio total, imposible hacerlo con música de fondo. Estar sola y saber que tengo muchas horas por delante. (De ahí que escriba tan poco y mi segunda novela vaya tan desesperadamente lenta)».
R. G. «Necesito silencio, escribo por las noches para que no entren llamadas ni mensajes. Ni esté viendo el email».
J. J. G. T. «Ninguna salvo el silencio. Silencio absoluto; por eso me recluyo en la habitación de casa más alejada del mundanal ruido».
M. S. O. «Me gusta antes de escribir saberme toda la historia, tenerla muy meditada. Tengo anotadas en una libreta los detalles importantes de los personajes, del argumento… y ya cuando escribo necesito silencio absoluto, que nadie me interrumpa».
P. C. «Silencio absoluto. Me quito el reloj y los anillos».
F. C. C. «No tengo manías, de verdad. Solo necesito silencio y soledad».
M. R. G. «Necesito estar solo y en completo silencio. No puedo estar oyendo la tele ni música, ni ruido de fondo. Así que tengo que aprovechar para escribir cuando no hay nadie en casa».
A. M. A. R. «El silencio absoluto y la soledad. También contemplar el mar en los momentos en que levanto la vista del teclado, cosa que puedo cumplir ya que desde la ventana de mi estudio se ve el XXX. También alternar la labor de jardinería con la escritura. Cuando se produce un bloqueo creativo suelo ir al jardín y tijeras de podar en ristre me afano en cortar toda la maleza que no es útil. Mi mente se relaja de la presión y las ideas fluyen».
T. F. G. «Pocas. Lo único que necesito es silencio y orden».
B. O. «Escribo un capítulo al día. Puede que alguno más, pero nunca menos de eso. Necesito silencio absoluto. Y el café que no falte. Ah, y nunca cuento lo que tengo entre manos hasta que está terminado. Creo que es más productivo «hacer» que «contar lo que estás haciendo».
Avisados quedamos… si escriben… SILENCIO…