PENSANDO EN VOZ ALTA: SOY UN IGNORANTE
PENSANDO EN VOZ ALTA
SOY UN IGNORANTE
He de confesar que llevo un par de semanas agotado mentalmente y casi vacío de ideas. Son tantas, tantas, las tonterías, las imbecilidades que veo y leo que se me hace muy cuesta arriba cavilar razonadamente.
Voy a realizar una declaración en la que todas aquellas personas que tengan a bien leer esta columna estarán de acuerdo unánimemente: «Soy un ignorante en muchísimas cuestiones».
Dicho queda. Me imagino que también habrá muchos ignorantes que esto estén leyendo. Lógico; si así no fuese, seríamos dioses sabios y nuestra existencia sería un puro aburrimiento. Es por ello, que los saberes hay que repartirlos y que cada uno, en los momentos oportunos, haga uso de los mismos. Bien por propia voluntad o designado por el “ignorante” que lo mande.
El ser rey, presidente de gobierno, ministro, presidente de una comunidad, consejero, alcalde, concejal, rector, catedrático, profesor, trabajador manual, dependiente, trabajador vario… en fin, todo lo que uno pueda o no pueda ser no titula para estar en posesión de todos los conocimientos correspondientes.
El conocimiento tiene que estar conformado por la totalidad de la ciudadanía y, en cada momento, debe actuar el que sabe de esa cuestión concreta. No hay que nombrar expresamente a nadie. El alguien preparado, para tal o cual cuestión, ya existe. Por eso hay ministerios, consejerías y todo tipo de despacho conformados por personas que, en su momento, se prepararon para tal o cual cuestión, oposiciones efectuadas y puestos ganados. A esa ciudadanía es a la que hay que consultar para dar solución al problema planteado en un momento dado.
Piensen por un momento, la sabiduría divina no lo permita, que a mi me hacen ministro de los ejércitos. Porque le caigo bien o soy amigo del presidente correspondiente. Pues bien, si aceptase, lo primero que haría sería reunirme con los mandos correspondientes y les diría que ellos sigan trabajando tal y como deben y saben hacerlo que yo, simplemente, seré su portavoz y daré la cara por ellos en cada momento; pues, reitero, soy un ignorante en temas militares. Al igual que en otros muchos temas. Y, en los que puedo tener un conocimiento adquirido, daré mi opinión cuando consultado sea. También he de señalar que en algunas ocasiones se me ha solicitado tal o cual opinión y han pasado de lo que he dicho. Eso sí, uso de la misma se ha hecho pasado el tiempo. A veces colocándose como autor de dicha opinión.
En fin. Solo pido que sean, los mandamases, más humildes y que se acerquen a los profesionales que a su alrededor tienen para consultar y dejar que cada uno haga su trabajo en tiempo y forma. No hay que esperar a que la desgracia nos visite para poner cara de… y entonces nombrar a alguien para que desarrolle aquello que otros podrían haber evitado si el “mandamenos” de turno hubiera estado en su lugar correspondiente en el momento oportuno, y fuese consciente de sus ignorancias. Hay que trabajar y prever día a día todos y cada uno de los múltiples temas que nos acechan para, llegado el instante ‘maldito’, tener adelantada la solución. No les canso más con mis reflexiones.