PENSANDO EN VOZ ALTA: TRABAJO SERIO Y RESPONSABILIDAD. GILIPOLLECES NO
PENSANDO EN VOZ ALTA
TRABAJO SERIO Y RESPONSABILIDAD. GILIPOLLECES NO
Una y mil veces me pregunto el porqué del cierre de la hostelería cuando hay un aumento de infectados por el Covid-19. Es curioso que no es igual en todas las comunidades… en unas, cierre total (Murcia); en otras, cierre parcial, apertura durante una parte del día. En mi gran ignorancia y desconocimiento de muchísimas cuestiones, me digo a mi mismo: “Esto es que las autoridades, sanitarias y no sanitarias tienen datos precisos y fiables de infectados en bares, cafeterías, restaurantes, mesones, casas de comidas… en definitiva de la hostelería de cada lugar”. Como vivo en Cartagena (CARM) me preocupa el tema en la misma y me lanzo a preguntar, preocupado, a los responsables de los locales que yo, normalmente, visito y en los cuales consumo y celebro alguna que otra reunión y tertulia. Reitero que lo hago preocupado y mosqueado. La pregunta es muy simple: «Oye ¿Cuánta gente ha venido a deciros que se ha infectado por Covid en tu negocio?». La respuesta, invariablemente, es la misma: Nadie ha venido a quejarse, ni a decirnos que se ha infectado. Entonces ¿por qué os cierran?
Sigo inquieto y acudo a preguntar a uno de los más serios y fiables estudioso del tema, manteniendo esta breve conversación:
–Oye ¿hay datos de infectados por Covid en bares, restaurante, cafeterías…?
–No están nada claros.
–Entonces ¿por qué los cierran?
Conociéndolo, sé que se habrá puesto manos a la obra y tendremos noticias en breve.
Continúo mosqueado, al tiempo que obsesionado con el tema. Bien es cierto que los establecimientos que visito son tremendamente cuidadosos con las distancias, desinfecciones y vigilancia de que todo se haga bien… por conversaciones, me entero que es lo normal en todos ellos la vigilancia máxima, o sea trabajo serio y responsabilidad. ¿Entonces?
No quiero darme por vencido y siendo un osado le hago la siguiente consulta a dos muy altos cargos del Ayuntamiento de Cartagena: «¿Tiene el Ayuntamiento datos precisos de contagios por Covid en cafeterías, bares, restaurantes…?». Si alguno de ustedes ha recibido contestación, por favor, díganmelo; porque a mí, nadie me ha respondido… leído el WhatsApp está leído. ¿Entonces?
Todo es dar palos de ciego, cual juego de una piñata. Mientras tanto fastidiando a la hostelería; más no solo la hostelería. Esta va a salir dañada, pero, con medidas bien desarrolladas y contundentes se puede reducir en gran parte el impacto estructural a largo plazo. Proteger el sector de la hostelería no es proteger solo decenas de miles de pequeños negocios y centenares de empleos; significa también proteger decenas de miles de puestos de trabajo en los fabricantes de bebidas, de alimentación, de las empresas de distribución y logística entre otros.
Hay que proteger, y demás, el sector hostelero ya que es parte intrínseca de la cultura española y motor de crecimiento económico a través de la propia gastronomía y del turismo enfrentándose a un escenario desconocido que cambiará el comportamiento de los ciudadanos. Sigo indagando y me llegan opiniones de muchas personas; más, hay una que me ha llamado mucho la atención por su dureza y no falta de razón: «acabar con los bares en particular y con la hostelería en general no ha sido por negligente gestión del virus chino, sino que formaba parte del plan. Iban a por ellos desde el principio porque son lugares de reunión, de socialización, donde la gente se encuentra, charla, comparte, ríe. Y eso es con lo que quieren acabar». Es, estarán de acuerdo conmigo, distópico, pero no lejos de la realidad. A estos (des)gobernantes que nos ha tocado les asusta que el pueblo piense, que el pueblo opine, que haya intercambio de opiniones entre personas con sentido común… por eso prefieren irnos apartando, no para protegernos del virus -que aún no se han enterado que con medidas políticas no se vence- sino para protegerse ellos de nuestra rabia.
Hay que dejarse de “gilipolleces” y remar todos en la misma dirección (asociaciones sectoriales, sector público, bancos y empresas proveedoras de la hostelería) sabiendo qué hay que hacer y no hacer y no la irresponsabilidad de abrir y cerrar compuertas según sople la inacción política sobre la pandemia.
Tomo como propia y hago mías las palabras lanzadas por un muy buen amigo con las ideas muy claras: «No permitamos que nos expolien nuestra historia, nuestros sentimientos, nuestras almas y nuestros días. Resistámonos a ver la realidad con las miras que ellos quieren». Opinemos y rebelémonos con trabajo serio y responsabilidad. Gilipolleces no.