PENSANDO EN VOZ ALTA:DOS PALABRAS
PENSANDO EN VOZ ALTA
DOS PALABRAS
Parece ser que hay muchas personas que intentan centrar el devenir diario de los demás, en dos palabras: Igualdad y Paridad. Por lo que leo, en algunas cuestiones, todos hemos de ser iguales o, todas las actuaciones han de coincidir porque si no “me siento discriminado” ya que lo de allí es más asequible.
Toda esta reflexión, en voz alta, deriva de los exámenes que estos días están teniendo lugar a lo largo de la piel de toro para tener vía libre a la Universidad. Pregunta tonta: ¿Por qué no se ponen de acuerdo en denominar a dicho examen de una única forma? Veamos lo actual: PAU (Prueba de Acceso a la Universidad). PBAU (Prueba de Bachillerato para el Acceso a la Universidad). EvAU(Evaluación para el Acceso a la Universidad). EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Como pueden ver, un auténtico disparate. ¿Por qué no llamarlo, sencillamente, Selectividad?
Pero a lo que iba: Igualdad, en los exámenes. Eso, sencillamente, al día de hoy es imposible porque tenemos 17 autonomías y dos ciudades autónomas con sus correspondientes consejerías de educación y, evidentemente, todos quieren mandar. Por otra parte, esta petición que ahora parece tan natural y que ha aflorado al tablero nacional se debe a que según “mentes muy formadas” en la Comunidad de Valencia se ha puesto; no se si en la PAU, la PBAU, la EvAU o la EBAU; el examen de matemáticas más difícil de la historia, desde que el mundo es mundo, y, por supuesto, más difícil que todos los que estos días circulan por las distintas comunidades. Entre los estudiantes hay un dicho muy corriente: «El examen del otro curso es mucho más fácil». Siempre, el examen contrario es más sencillo, sin paliativos, que el propio.
Volviendo al examen de matemáticas de la C. V. decirles que era el típico examen… la opción B algo más difícil, como siempre, que la opción A (los alumnos escogen una de las dos) y ésta tenía los 3 tipos de problemas esperados; con apartados clásicos, bastante fáciles y cómodos. Si los profesores “entrenan” correctamente a sus alumnos, hasta pueden esperar que ‘el siguiente apartado debe de decir… tal cosa’. En fin, un auténtico esperpento las reacciones suscitadas. Hasta en una cadena de radio a nivel nacional, la presentadora comentaba muy preocupada que se había preguntado el teorema de Rolle. Este teorema es uno de los cuatro, muy sencillos, que debe saber en esta etapa, el alumno… los otros tres son: Bolzano, Lagrange y Cauchy. Les presento la ecuación que había que resolver para calcular el valor de “a” y así responder a lo que requería el teorema de Rolle:
e-1 + a = 0; a = -e-1… fin de la ecuación. Así podría comentarles problema por problema y apartado por apartado… pero no es lo aquí pretendido. Cuestiono, para acabar este inicio, ¿Igualdad por lo máximo o por lo mínimo?
La otra cuestión a la que me quiero referir es la “Paridad” y en concreto, paridad en la literatura. Personalmente estoy un tanto harto de oír las quejas de ciertas autoras referente a que los hombres leen poca literatura escrita por mujeres… un tanto harto de que a los festivales de literatura hay que invitar al mismo número de mujeres que de hombres, hago un paréntesis (si son veinte los participantes y tengo 20 mujeres idóneas para actuar, ¿por qué tengo que quitar mujeres para incluir hombres? y viceversa). Esto también va por los premios.
Quien esto redacta, lee algo y tiene la mala costumbre de leer buena y no tan buena literatura. Da la casualidad que en los tres últimos meses, por ejemplo, ha leído muy buenos escritos y la gran mayoría se debe a mujeres. Se ve que quien esto escribe es un poco raro -constancia de lo dicho, queda en las reseñas de su “Rincón Literario” en este mismo medio-.
En las dos últimas semanas he leído un par de artículos bajo el título “Toda la verdad sobre el machismo en la literatura” firmado por Alberto Olmos. Muy interesante y lo recomiendo. Es un tanto extenso, pero quiero destacar dos o tres apartados.
Uno de ellos es lo que denomina la obsesión 50/50: Jurado de un premio (50/50… 50 % mujeres, 50 % hombres). Participación en un festival (50/50). Anaqueles de las librerías (50/50).
En otro apartado escribe: «Imaginen que les cae a ustedes encima la dirección del Festival Eñe en Madrid. Es un festival literario, por cierto. El director, que cambia anualmente, tiene como misión elegir a varias decenas de autores para que den una charla. También -creo- los reúne en una u otra mesa y se inventa un tema a partir del cual deben debatir. Vale: usted es el director o directora, responda: ¿No llevaría a sus cuatro o cinco mejores amigos, sean hombres o mujeres? ¿No llevaría a ese autor o autora con el que se acuesta o con el que quiere acostarse? ¿No llevaría a ese otro autor que les ha dicho, al enterarse de que usted dirige el festival, que anda muy mal de dinero, para ayudarle un poco? ¿No llamaría a los cuatro o cinco autores de moda ese año? Y más: ¿no dejaría de invitar a ese autor que le cae fatal, a esa otra que le reseñó negativamente una vez y a ese otro de más allá que le dijo no sé qué no sé qué día de abril de 2009?»
Soy el director de contenidos de Cartagena Negra y no invito a mis mejores amigos. No invito a ninguna mujer con la que posteriormente me voy a acostar. No somos muy dados a invitar a los escritores de moda. Si algún escritor me cae mal, pero escribe bien y me interesa que venga, lo invito…
En fin, podría escribir bastante más, no digo que no lo haga en próximas semanas. Verán que dan mucho juego dos palabras.