Rincón Literario de Paco Marín: «La última noche con Edu»

TÍTULO: La última noche con Edu
AUTOR: Enrique Pérez Balsa
EDITA: M. A. R. Editor (2024, febrero)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15 x 21,5 cm. Número de páginas: 190. PVP: 17,00 €. ISBN: 978-84-17433-79-6
Historia totalmente creíble y que le puede suceder a cualquiera. Protagonistas muy reales, que podemos ser nosotros mismos. El alcoholismo está muy presente; así como las extorsiones monetarias. Por otra parte, dosis de “humor” muy negro.
Si nunca habías leído una novela sobre las drogas de sumisión química, este es tu libro.
Jamás te fíes de un periodista del corazón. Una noche de amigos, en la que las copas fluyen desorbitadas, unas chicas que se muestran receptivas… Todo es diversión hasta que la fiesta toma el cariz de una odisea degenerativa que atrapa a nuestro protagonista en una trama de extorsión y proxenitismo.
Ramos, el antihéroe de esta novela, es un adicto a numerosos vicios: bebida, tabaco, comida basura… y su principal droga: el dinero. No habrá suciedad que no cometa por un buen cheque, ni mujer a la que no proponga acciones deshonestas.
Se siente feliz con su cotidianeidad de periodista alcohólico que vive de publicar los trapos sucios de los famosos en prensa amarilla. La soledad es su mejor aliada, o eso cree. Pero bajo los efectos del alcohol se transforma en diversos personajes convirtiéndose en un tornado de destrucción que, sin ser consciente, arrastra a quien le rodea. Esa inconsciencia le lleva a situaciones límite donde la cruda realidad le golpea sin clemencia y donde él se defiende amparado en la euforia que le produce la bebida.
Retrato de una sociedad sin valores, donde el interés personal y el placer priman; en la que los personajes más sórdidos son admirados.
Si alguien pensaba que el realismo sucio estaba muerto, que abra estas páginas. El cóctel está servido: dos cuartos de Bukowski, una medida de Chester Himes, unas gotas de Martin Amis y Carver, más el golpe en seco de humor negro que caracteriza al autor.
Enrique Pérez Balsa (Madrid, 1968). Se presentó como autor con “El edén de las manitas de cerdo”, obra con la que ganó el Premio Wilkie Collins de Novela Negra y logró el reconocimiento de la crítica. Posteriormente apareció “Prohibido”, su segunda novela en M.A.R. Editor. Si en la primera se aprecian influencias de autores como Tom Sharpe o Eduardo Mendoza, la segunda es puro hard boiled. Ha presentado sus obras en festivales negros como Tenerife Noir, Castellón Negre, Semana Negra de Gijón y Cartagena Negra entre otros.
Autor de relatos caracterizados por utilizar un lenguaje directo, sencillo e impactante, en los que se sirve de un humor ácido para revelar, a través de unas tramas con giros inesperados, las tragedias que sobrevienen a los personajes.
Ha participado en las antologías de relatos de M.A.R. Editor: Tenerife Noir, “Historias del románico”, “Sexo robótico” y “2120”, en la antología de Ediciones Irreverentes: ‘Cuentos del coronavirus’ y en la antología ‘Cartagena + Negra’. Habitualmente participa con la lectura de sus relatos en el programa de Radio Nacional de España “Sexto Continente”.
“La última noche con Edu” es su primera novela de realismo sucio.
Departimos con Enrique Pérez Balsa… Un placer…
P.- Por favor presente a Enrique Pérez Balsa.
R.- Diseñador gráfico, ilustrador, músico, escritor y lector incansable. Se presentó como autor con “El edén de las manitas de cerdo”, obra con la que ganó el Premio Wilkie Collins de Novela Negra y logró el reconocimiento de la crítica, ya va por su 4ª edición. Posteriormente apareció “Prohibido”, su segunda novela en M.A.R. Editor. Si en la primera se aprecian influencias de autores como Tom Sharpe o Eduardo Mendoza, la segunda es puro hard boiled.
Autor de relatos caracterizados por utilizar un lenguaje directo, sencillo e impactante, en los que se sirve de un humor ácido para revelar, a través de unas tramas con giros inesperados, las tragedias que sobrevienen a los personajes. Ha participado en las antologías de relatos de M.A.R. Editor: “Historias del románico”, “Sexo robótico”, “2120”, “Fantasía y terror rural” y “El verano de tu vida”, en la antología de Ediciones Irreverentes “Cuentos del coronavirus” y en la antología de La Fea Burguesía “Cartagena + Negra”. Habitualmente participa con la lectura de sus relatos en el programa de Radio Nacional de España “Sexto Continente”.
“La última noche con Edu” es mi primera novela de realismo sucio.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace «La última noche con Edu»?
R.- La idea nace de una historia real. En una discoteca, un grupo de amigos están celebrando el cumpleaños de un compañero cuando notan que una de las chicas empieza a comportarse de un modo extraño; es una especie de robot que acata cualquier orden que le dan, al principio les parece gracioso hasta que una enfermera que estaba en el local les advierte sobre la posibilidad de que haya sido sometida a alguna droga de sumisión. La chica es mi sobrina, que días después nos contó lo sucedido. Me llamó la atención, además de la angustia que mostraba al pensar que podían haber hecho con ella lo que hubiesen querido, el que al día siguiente no se acordase de nada. Esa fue la semilla de la que brotó esta obra.
P.- ¿Cuánto hay de imaginación y cuánto de documentación?
R.- Investigué sobre las drogas de sumisión química, sus modos de suministro y efectos. El resto es todo imaginación.
P.- ¿Qué le motiva más: La novela negra o el realismo sucio?
R.- Aunque claramente me inclino hacia la novela negra, lo que realmente me motiva es combinar los géneros. En “El edén de las manitas de cerdo” mezclo humor y novela negra, en “La última noche con Edu” el reto ha sido conseguir una obra de realismo sucio con tintes negros.
P.- Escopolamina / Burundanga: ¿Cuál de las dos drogas es más peligrosa?
R.- La escopolamina es el nombre científico de la Burundanga o droga zombi, como se conoce a esta droga coloquialmente, se usa legalmente con utilidad medicinal, pero también ilegalmente ya que reduce la voluntad y la memoria de las personas que están bajo sus efectos. Los delincuentes la utilizan para llevar a cabo delitos como el robo o la agresión sexual. La víctima queda sin voluntad y le provoca una amnesia total durante horas. Esto implica que las personas afectadas no recuerden absolutamente nada, complicando mucho el trabajo de la policía para la investigación. Si crees que te han intoxicado, debes ir a la policía y denunciarlo. No intentes nunca hacer lo que nuestro protagonista, este no es un libro de autoayuda.
P.- ¿Qué opinión le merece los creadores de opinión?
R.- Estamos sometidos a un exceso de información. Si abusas de ellos, no filtras y cotejas, son como el alcohol; provocan adicción, ralentizan la actividad cerebral, cambian el estado de ánimo y causan problemas con la memoria.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Soy bastante ecléctico. Según mi estado de ánimo puedo leer desde novelas de terror hasta ensayos, aunque me decanto por la novela negra. En cuanto autores preferidos, la lista sería enorme: Poe, Patricia Highsmith, Chester Himes, Juan Madrid, Dolores Redondo, Pérez Merinero, Hammett…
P.- ¿Se ha inspirado en algún autor, a la hora de redactar «La última noche con Edu»?
R.- No soy consciente de las influencias. Mi editor, Miguel Ángel de Rus, dice que hay pinceladas de Bukowski o Martin Amis. Yo incluiría también a Chéjov.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- Suelo estar con tres libros a la vez. Ahora estoy leyendo “El señor de las moscas” de William Golding, “Eclipse” de Jo Nesbo y “Cadáveres”, un cómic del guionista Si Spencer.
P.- Recomiende, por favor, un par de títulos.
R.- “Después de la derrota” de Paco Gómez Escribano y “Oculto entre las sombras” de Eduardo Bastos.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Tengo que tener música, y según trascienda el capítulo le pongo banda sonora. Tampoco puede faltar cerveza.
P.- ¿Qué opinión le merece los festivales de novela negra?
R.- Fantásticos e imprescindibles, además de servir como escaparate, me permiten conocer y descubrir a otros autores.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora… si la hubiere.
R.- Tenía terminado “Prohibido” y cayó en mis manos “La novia gitana”, según iba leyendo, los protagonistas se me antojaban demasiado familiares, hasta que caí en que cinco de mis personajes se llamaban igual… Les cambié el nombre a todos.
P.- Venda su novela ¿por qué hay que leer «La última noche con Edu»?
R.- Es una historia creíble, te podría pasar a ti. Una noche de copas con amigos, unas chicas receptivas… Todo es diversión hasta que la fiesta degenera y se ve implicado en una trama de extorsión. No hay superhéroes ni genios de la villanía. El protagonista es un tipo normal, con problemas tan reales como la soledad o la carencia de dinero. Los delincuentes son putas, proxenetas y bandas organizadas que vemos reflejadas en noticias todos los días. ¿Cómo afrontar un chantaje en que te muestran un vídeo violando a una mujer cuando no tienes recuerdo alguno? Nuestro antihéroe es alcohólico; esa enfermedad, no digo vicio, le transforma en diversos personajes que le convierten en un tornado de destrucción que arrastra a quien le rodea. El cóctel está servido: dos cuartos de Bukowski, una medida de Chester Himes, unas gotas de Carver y el golpe en seco del humor negro que me caracteriza hacen de esta obra; no una novela de realismo sucio, una historia real.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Rematar mi nueva novela, pero me temo que el plazo va a ser algo más que medio. Aunque la tengo casi terminada, es una trama complicada y quiero que quede perfecta.