Rincón literario de Paco Marín

Rincón Literario de Paco Marín: «Monstruos en la pared»

EL PRÓXIMO DÍA 30 DE ENERO ISMAEL ORCERO MARÍN SERÁ EL INVITADO DE “LOS JUEVES LITERARIOS EN EL TEATRO ROMANO” A LAS 18:30 HORAS. POR LO QUE PRESENTAMOS LA OBRA DE LA CUAL HABLAREMOS.

TÍTULO:     Monstruos en la pared

AUTOR:      Ismael Orcero Marín

EDITA:       Niña Loba editorial (2024, noviembre)

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño:14,8 x 21 cm. Número de páginas: 94. PVP: 14,00 €. ISBN: 978-84-128300-4-0

Hay que agradecer a Ismael que, en cada relato, emplee las palabras justas y necesarias. No se anda con rodeos.

Leer estos nueve relatos [AIRE. HERENCIA. MONSTRUOS EN LA PARED. LOS MALOS DÍAS. NIDO. EL CAMPO DE LAS HORMIGAS. LA CABEZA DE MARGARITO. LAS DEUDAS. MARÍA LA DE LOS SAPOS] es interiorizar en la mente del autor y hacernos cómplices de sus “cuitas” internas.

Nadie permanece indiferente al leer cada uno de los regalos impresos en “Monstruos en la pared”.

No hay mayor mentiroso que un escritor y no hay mayor mentira que el recuerdo. En estos cuentos repletos de medias verdades y evocaciones ambiguas,Ismael Orcero Marín narra y reconstruye las casas que habitó, los duelos guardados entre la ropa, los sucesos lejanos y los todavía frescos, así como los juegos infantiles en los descampados durante las tardes de verano.

Los cuentos de “Monstruos en la pared” exploran asuntos como la maternidad, el fin de la infancia o la complejidad de las relaciones familiares: lugares comunes de un viaje que todos hemos realizado y que nunca parece regalarnos una última etapa. Lugares comunes donde todos nos hemos reconocido al hallarnos en esa mirada, la propia y terrible, que anuncia la pérdida de la inocencia.

Ismael Orcero Marín (Cartagena, 1978). Actualmente reside en Molina de Segura, cerca de la huerta murciana. Trabaja como ingeniero técnico naval y es autor del libro de cuentos “El fin del mundo” (2018), de la novela juvenil “Historias de una ciudad inundada” (2018) y de las novelas “El tesoro de Jacinto Montiel” (2019), “Los soldados del cielo” (2022), “Deuda de sangre” (2022) y “Penitencia” (2023).

También ha publicado el libro de memorias “Teatro Fantasma” (2021), con el que resultó finalista del XIXº Premio Setenil al mejor libro de cuentos publicado en España.

Charla previa a la que mantendremos el próximo día 30… Gracias Ismael…

P.- Por favor. Recuerde a los despistados quién es Ismael Orcero Marín. 

R.- Pues un hombre normal, con una familia y un trabajo de hombre normal que, de vez en cuando, se sienta a escribir porque cuando era más joven quiso ser escritor. 

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace «Monstruos en la pared»?

R.- Hace unos años, me di cuenta de que tenía una serie de cuentos que, de forma sutil, estaban relacionados. Tenían en común que hablaban de la infancia, la paternidad o la maternidad, la nostalgia por otros tiempos… Por otro lado, por esa costumbre de darle coherencia al mundo en el que se sitúan mis narraciones, había otros con los que compartían secundarios y escenarios, lo cual hacía que estuviesen en el mismo saco que los primeros. Así que decidí empezar a trabajar en ellos para hacer un conjunto más sólido.

Por otro lado, este libro ha sido el primer paso para regresar al origen de mi carrera literaria, si se puede llamar así, que es el hecho de que siempre quise ser cuentista, como muchos de los autores que admiro.

P.- ¿Por qué ese título, y no otro?

R.- Tal vez porque representa el conjunto muy bien. Mi editor, Darío Méndez, lo entendió al vuelo. «Lo macabro de la adultez visto desde los ojos de un niño, lo terrible de la niñez expresado con la lengua de los adultos», me dijo cuando leyó el manuscrito.

P.- ¿Le resulta complicado recordar? ¿O va anotando, algunas cuestiones, día a día para…cuando llegue el momento?

R.- No, en este caso, los cuentos vienen de recuerdos que me marcaron en la niñez o en la adolescencia, de alguna anécdota o de sensaciones que tuve en la pandemia. 

No obstante, sí es cierto que suelo anotar cosas que me puedan servir a la hora de ponerme a escribir, aunque la mayoría se queda en nada. 

P.- Todos los relatos tienen un «algo». A mí, personalmente, me ha enamorado ‘Los malos días’. ¿A usted le gustan todos por igual o tiene algún preferido? 

R.- ‘Los malos días’ es el germen de una novela corta que abandoné y me alegra que le guste tanto, porque tuve mis dudas a la hora de incluirlo en el libro. Aunque mi preferido es ‘Nido’. Hace unos días, en un club de lectura, pude comprobar que el cuento convencía pese a mis temores de que no se entendiera del todo, ya que me tuve que enfrentar a un tema que puede despertar cierto recelo, como es la maternidad desde el punto de vista de un hombre.

También hay otros que me gustan porque me llevan directamente a la infancia, como ‘La cabeza de Margarito’. En ese cuento hay muy poco inventado.

P.- ¿Qué le llena más: ‘lo científico’ o ‘lo literario’? 

R.- Procuro separar ambos ámbitos muy bien. Una cosa me da de comer y la otra me hace vivir. Cada día, durante ocho horas, soy un ingeniero. El resto del día soy un fabulador, y tal vez por esto último se me conoce más en mi entorno. Pero bueno, si hablamos de llenar algo, el ámbito científico llena el frigorífico, que al final es lo importante.

P.- Comenta usted «siento nostalgia de los tiempos que he dejado atrás». ¿Le gustaría volver a patear esos tiempos?

R.- Ahora que soy padre de un niño, como a mis padres, me toca a mí enfrentar los malos momentos que le tocan a un adulto. Y encima estoy ya en la mitad mala de la vida. Quizá por eso uno idealiza los instantes en los que las batallas las libraban otros. Pero soy consciente en todo momento de que la nostalgia solo permite ver lo bueno.

P.- ¿Que le ha supuesto la paternidad? ¿Aprende de su hijo?

R.- Bueno, a uno le enseña a ser menos egoísta. Me ha supuesto poner el centro de mi atención en otra persona. También me ha supuesto conocer el miedo, el de verdad, ese en el que temes que a tu hijo le pueda suceder algo malo.

Pero también me ha servido para adquirir algunas virtudes, como la paciencia. 

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer «Monstruos en la pared»?

R.- Pues porque creo que todo el mundo encontrará lugares comunes, ya que estas historias están hechas a partir de la vida cotidiana. Y porque hay que darle apoyo al cuento. Un género en el que muchos autores encuentran su voz. 

Pero sobre todo porque el libro ha sido publicado por una editorial, Niña Loba, que es un pequeño milagro. En unos tiempos en los que el libro se ha convertido en un producto más del mercado, que un editor se entregue a la tarea de publicar libros como este es toda una hazaña que hay que apoyar a cualquier precio. 

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- Pues si todo va bien, el año que viene pasaré a formar parte del catálogo de la editorial alemana Werstories con otro libro de cuentos, en el que ya estamos trabajando y que se titula «El hambre de mañana».

Luego tocará volver a los cuadernos de notas.

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