Rincón literario de Paco Marín

Rincón Literario de Paco Marín: «Perro viejo»

TÍTULO:     PERRO VIEJO

AUTOR:      Ernesto Mallo

EDITA:       Siruela (2024, enero) -Policiaca-

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14,5 x 21,5 cm. Número de páginas: 208. PVP: 18,95 €. ISBN: 978-84-19942-19-7

Lo primero que llama la atención, cuando comenzamos a leer “Perro viejo”,es la forma en que está redactada y el vocabulario. Tienes que estar muy atento, sobre todo, en los diálogos para no disiparte y saber en cada momento que personaje es el que está hablando, pues como me comenta el autor: “no solo va a trabajar él, el lector también ha de trabajar”. El lenguaje es muy, al modo, latino. Esto enriquece la novela y la hace muy interesante.

«Ingresado en El Hogar, una residencia geriátrica de lujo, el comisario Lascano se encuentra en sus horas más bajas: allí mismo acaba de cometerse un crimen del que resulta ser el principal sospechoso y que ni él mismo, debido a sus cada vez más frecuentes fallos de memoria, está seguro de no haber perpetrado. Aun así, Lascano siente la llamada del deber y acepta colaborar con la policía en una investigación que bien podría llevarlo a la cárcel. Sin embargo, la búsqueda del culpable irá revelando que no son pocos aquellos con motivos más que sobrados para haber eliminado a la víctima…».

Por esta novela —logrado homenaje a los clásicos del whodunnit— des­fila una singular galería de personajes que se interrogan sobre la vejez, la política, la justicia o la falta de ella, y las relaciones entre poder y dinero. También la amistad, el deseo y los amores perdidos están presentes en este particular universo donde los recuerdos y la imaginación se entremezclan constantemente para alumbrar esa ficción que llamamos memoria: nunca recordamos las cosas como fueron, las recordamos como somos.

Ernesto Mallo (La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1948), guionista, dramaturgo y periodista independiente argentino. Ganó entre otros, el Premio Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón (2007). En Siruela ha publicado las novelas “Crimen en el Barrio del Once”, “Los hombres te han hecho mal”, “El policía descalzo de la plaza San Martín” (recopiladas en el volumen “El comisario Lascano”), “La conspiración de los mediocres”, “El hilo de sangre” y “La ciudad de la furia”. Además, ha publicado “El relicario” y “Me verás caer”, y más de diez obras de teatro. Sus novelas han sido traducidas a doce idiomas. Trabaja y vive en Barcelona.

Un placer recibir, de nuevo, a Ernesto Mallo en este Rincón Literario… Gracias…

P.- Por favor, recuerde a los despistados quién es Ernesto Mallo.

R.- Buena pregunta, me la hago con frecuencia sin mayores resultados. Lo más aproximado es: un tipo que no cree en casi nada y que busca averiguar quién es escribiendo.

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace «Perro viejo»?

R.- Nace de una broma que le hice a un periodista quien me preguntó si tras la publicación de «El Hilo de Sangre» habría otra novela de Lascano. Le contesté que, dado que las novelas del Perro transcurren en momentos históricos determinados, el personaje se había hecho mayor. ¿Qué voy a escribir, Lascano en el geriátrico? Luego, pensándolo, me dije ¿por qué no una novela sobre esa etapa de la vida que es la vejez, tan poco transitada en la literatura?

P.- Me ha llamado la atención el vocabulario que usa en la novela ¿fue planificado o le salió sin más?

R.- El lenguaje no se puede (no se debe) planificar, es el que uno tiene y hay que dejarlo que fluya con la mayor naturalidad posible. Cuando lo logras, el lector tiene la maravillosa sensación de que le estás hablando a él. Y es que le estás hablando a él.

P.- ¿Los personajes tienen modelos reales?

R.- Mis personajes son mosaicos, fragmentos de personas reales incluyéndome, algunas que conozco, otras que veo por la calle u observo en un bar a quienes les imagino una vida. De uno de esos modelos reales tomo un rasgo, una característica, un gesto, un modo de ser y lo combino con otros de otros modelos. Por lo tanto, la identidad original del modelo se pierde y da paso a una nueva que es el personaje.

P.- La vejez ¿es para soñar?

R.- Depende de lo que entendamos por soñar. Si lo tomamos como el pensar en objetivos, cosas a conseguir, no lo es. Pero si lo pensamos como un discurrir, como la mirada lúcida que puede dar la experiencia y contemplar al mundo como una fiesta de sonámbulos, sí lo es.

P.- «Perro viejo» ¿es un homenaje a la vejez o a Lascano?

R.- No me gustan los homenajes, prefiero las descripciones. La vejez es un momento extraño en el que estoy entrando, si no es que ya entré completamente, al que hay que encontrarle sus valores, sus ventajas y entenderla como una etapa vital. Vivimos en un mundo que niega la muerte y que sobrevalora la juventud, como si fuera un mérito, donde la sabiduría y la experiencia no son tomadas demasiado en cuenta. Escribo sobre la vejez para plantearme las preguntas que me llevarán a entenderla un poco más.

P.- El género negro ¿es el mejor género para hacer crítica social?

R.- No estoy seguro de que la palabra sea mejor que es un término comparativo. Pero lo que sí sé, es que sin crítica social no hay género negro. Lo es porque la contiene. No se puede pensar sin ella. Como no podemos pensar en literatura romántica sin amor o bélica sin guerra.

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo? Recomiende, por favor, un par de títulos.

R.- Borges decía: “Para novedades, los clásicos”. Cada tanto hago un gozoso regreso a los clásicos. Siempre recomiendo leerlos, todo lo demás habrá de superar la prueba del tiempo. Ahora mismo estoy leyendo “La Isla del Tesoro”, extraordinaria novela de aventuras de Robert Louis Stevenson, uno de los títulos que recomiendo. El otro es “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo.

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer «Perro viejo»?

R.- En los festivales que se organizan en Francia, tienen la costumbre de montar unos chiringuitos donde cada autor se sienta rodeado por sus títulos para vendérselos a los posibles clientes. Detesto esa modalidad, yo no soy vendedor de libros, bastante trabajo tengo con escribirlos. El vendedor de libros es el librero, que gana más con la venta que la editorial o el autor. No veo ningún motivo para quitarles su trabajo. Un buen vendedor de libros es raro de encontrar en estos días de cadenas de librerías y puestos en el supermercado. No “hay” que leer “Perro viejo”, ni ningún otro libro de ficción por otra razón que el placer de la lectura, o como decía también Borges: “La Lectura debe ser una forma de felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”. Yo fui feliz escribiendo “Perro viejo” y espero que eso le suceda también al lector. Pero, si tuviera que encontrar una razón sería la de entender mejor esa etapa de la vida a la que, si somos afortunados, todos llegaremos.

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- A corto plazo, ir con mi mujer a Vietnam, donde me invitaron a dar unas conferencias en la Universidad Nacional de Hanoi y de Ho Chi Minh y de paso dar un paseo por el país y la cultura de un pueblo que estuvo cuarenta años en guerra y derrotó a las fuerzas combinadas de Francia, Japón e Inglaterra, y a los Estados Unidos, infinitamente superiores en recursos y material bélico. A mediano plazo, seguir viviendo, seguir escribiendo.

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