Se coge antes a un mentiroso que a un cojo, por Ramón Galindo
Y con esto poco a poco volvió a subir el recibo de la electricidad, y se cumplió el refrán al pie de la letra: “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”. Y mira por donde, Echenique rebasando con creces ambas cualidades ha sido de los primeros en ser pillados. Está claro que hablando de dos cosas distintitas, a alguien se le pueda hacer la picha un lio, y tanto Sánchez (paladín sin parangón y vencedor absoluto del ranking de mentiras) como estos chicos de morado dijeron bien claro que bajarían el IVA, otra cosa es el precio de la facturación que también dijeron que la rebajarían y le echan la culpa a las grandes empresas suministradoras, lo que está claro es, que no creo yo que el sereno de mi barrio tenga influencia ahí, algo tendrán ellos que ver en el asunto, digo yo. Por ejemplo se le puede preguntar a la Presidenta de Redes Eléctricas, la exministra socialista Beatriz Corredor, cuyo pellizco en el citado recibo va a parar a la entidad que preside. También habría que preguntarle a “la Chiki” a la sazón Ministra de Hacienda, que ya nos intentó “vender la moto” del IVA de las mascarillas con la misma cantinela y sin ir más lejos Portugal acaba de rebajarlo al 6%.
De todas formas, a Sánchez el recibo de su casa se la sopla porque no lo paga de su bolsillo. Pero a Pablo Iglesias e Irene Montero, pese a no cobrar lo justo y poquito que decían que iban a cobrar y con sus fastuosos emolumentos les llega de sobra, deberían preocuparse algo por la envergadura y consumo de su casoplón, aunque dicho sea de paso, la garita portátil de los Guardias Civiles que le protegen, se tuvo que conectar a un generador externo -y no me lo han contado- otros que algo se ahorran.
Pero si en todo esto algo alcanza la repugnancia, son sin duda los tuits de Echenique llamando insolidarios a los que pedían la rebaja del impuesto en lo que nos ocupa, por cierto un producto de primera necesidad, y tratando de hacerlos sentirse culpables, y mira tú por donde cuando le rebajaron el IVA al cine y al teatro se quedaron tan “agustito”, cuando en este país, salvo honrosas excepciones, tanto el cine como el teatro, dicho sea de paso no de primera necesidad, sí que viven de los impuestos reconvertidos en forma de subvenciones y aún así con el IVA que aportan no les alcanza para sus ruinosas inversiones.
Algo va mal en este país y sin duda hasta ahora y en los últimos cuarenta años, no se ha sabido darle la forma justa, llámese doctrina Parrot, compromisos políticos o amiguísimo. El resultado lo vemos todos los días en los periódicos. Esta semana –iba a decir, nos sorprendieron, pero estas cosas ya no nos sorprenden- nos han informado de la puesta en libertad del terrorista Troitiño, asesinó a veintidós personas y al parecer y por razones humanitarias le han dejado irse a morirse a su pueblo, razones, ni humanidad que él no tuvo cuando mató a esas veintidós personas en la calle y lejos de sus hogares. Para concederle tan indulgentemente tales razones humanitarias, alguien le habrá echado una mano, o tendrá amigos en el Gobierno ¡Digo yo!
Igual de poco sorpresivo que ha sido que identifiquen a Miguen Ricart en un edificio de okupas de Carabanchel. A Ricart le cayeron ciento setenta años de condena por el asesinato y violación de tres niñas en la localidad valenciana de Alcàsser, de esto me acuerdo perfectamente y no ha pasado ni la séptima parte de la condena cuando ya lleva más de siete años libre. Un día no muy lejano seguramente gracias a una “parrotada” de estas, nos podremos encontrar “al chicle” tomándose un albariño en una tasca de la Puebla de Caramiñal y puede que hasta no esté solo y le acompañe el Melillero, o Ana Julia Quezada y Bernardo Montoya, total estos últimos que sepamos, solo han matado a tres o cuatro personas, o al menos eso pensarán los benévolos e indulgentes que firmen su libertad.
RAMON GALINDO